La información económica recién divulgada por el Inegi revela que en los primeros meses de 2021 se mantuvieron los resultados negativos, si bien cada vez más “tenues”, por decirlo así, y si se comparan con igual periodo de 2020, aunque al mismo tiempo parece que la tendencia apunta hacia la eventual superación de una crisis que comenzó a mediados de 2018 y fue profundizada por la pandemia mundial de Covid-19.
Como explica el Instituto para el Crecimiento Económico y el Desarrollo Industrial (IDIC, de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes), la economía mexicana “ha entrado en la fase final de la primera etapa de una recesión que comenzó en el segundo semestre de 2018, por el debilitamiento del sector industrial, que se exacerbó por la aparición del Covid-19”.
Para el primer trimestre de 2021 la tasa de crecimiento económico será negativa (3.2 por ciento), un resultado que es atribuible a la precarización del mercado laboral y del sistema productivo. Las tendencias de la economía son claras: la reactivación avanza, pero aún falta para recuperar lo perdido en 2020. En el sector industrial también se debe contabilizar la caída observada desde el segundo semestre de 2018.
A partir de abril se comenzarán a registrar tasas de crecimiento económico que podrían superar 10 por ciento en el segundo trimestre del año y de 5 por ciento en el tercero. Ante la ausencia de un programa de reactivación económica, la inercia del crecimiento se podrá mantener hasta marzo de 2022, pero se requerirá un incremento de la inversión productiva para evitar que México vuelva a exhibir tasas del producto interno bruto (PIB) inferiores a 2 por ciento o hasta negativas.
Lo anterior resulta fundamental para mitigar los efectos negativos de la segunda etapa de la recesión, los atribuibles a los aspectos estructurales que se derivan del cierre de empresas, la precarización del mercado laboral y de una mayor competencia que se observa en los productos que se importan del este asiático. Según el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del Inegi, la economía mexicana retrocedió 3.9 por ciento en febrero pasado y 2.1 por ciento en marzo. En función de lo anterior, y con base en la información acumulada por el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE), México contabiliza 21 meses de caídas consecutivas y 22 en los últimos 23 meses.
De igual forma se puede estimar que el PIB tuvo variación negativa de 3.2 por ciento en el primer trimestre de 2021. Ello confirma que los efectos negativos de la recesión se mantuvieron durante la primera parte del año y será hasta abril cuando se registren las primeras cifras de crecimiento en la economía nacional. De acuerdo con las cifras del IOAE, el sector industrial será el factor de recuperación: en febrero y marzo de 2021 también tuvo tasas negativas (3.1 y 0.9 por ciento, respectivamente). No obstante, se estima que, gracias a la reactivación de las exportaciones y de la estabilización en la caída del sector de la construcción, para abril se inicie un proceso de incremento sostenido que podría perdurar hasta marzo de 2022.
Para el primer trimestre de 2021 se estima una baja de 2.5 por ciento en el sector industrial. El de los servicios, vinculado a la situación que se vive en el mercado interno, presenta mayores rezagos en su proceso de recuperación, pues acumula 15 meses de variaciones negativas lo cual implicara un retroceso cercano a 4 por ciento en el primer trimestre de 2021.
De cualquier forma, con la información del Inegi se puede estimar que se mantiene tendencia hacia la recuperación. Si bien lo anterior es positivo, es evidente que la misma se ubica en un nivel inferior a lo que existía antes del Covid-19. En el caso del sector secundario, el industrial, la reactivación debería alcanzar los niveles que existían en 2018, cuando comenzó la recesión de la industria mexicana.
Las rebanadas del pastel
La buena: el Estado mexicano recuperará alrededor de 4 mil 333 millones de pesos defraudados por Alonso Ancira y sus cómplices en Pemex (con Emilio Lozoya a la cabeza) en la operación de Agronitrogenados, durante el sexenio de Peña Nieto. La mala: el hampón abandona el Reclusorio Norte, aunque el respectivo proceso penal queda en suspenso hasta que regrese íntegramente lo robado.