Santiago. Mientras en el Senado avanza imparable la aprobación de un tercer retiro de 10 por ciento de los ahorros previsionales, el presidente chileno Sebastián Piñera improvisó hoy una ampliación de las ayudas focalizadas y eliminó requisitos y llenado de formularios, en un intento desesperado por lograr que fracase aquel proyecto.
El gobernante, que trata de revertir el decisivo apoyo de parlamentarios oficialistas al retiro, no precisó si se desistirá de ir al Tribunal Constitucional a impugnarlo, como amenazó hace unos días, en su defensa del desacreditado modelo privado de pensiones.
Pasado el mediodía y luego que la Comisión de Constitución despachara en tiempo récord el proyecto –ya aprobado por la Cámara de Diputados–, Piñera compareció de urgencia para anunciar “un nuevo y reforzado” Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de 100 mil pesos (unos 140 dólares) por cada integrante del hogar durante abril, mayo y junio, el cual se pagará directamente y sin requisitos a 80 por ciento de los hogares más pobres, lo cual dijo costará 5 mil 500 millones de dólares al fisco.
Hasta ahora para acceder al IFE, el grupo familiar debía estar en una comuna (municipio) en cuarentena obligatoria y el ingreso total no debía superar cierto monto.
Piñera, en cambio, nada dijo del llamado Bono Clase Media, de 500 mil pesos (unos 700 dólares), que se paga por única vez, y que también ha suscitado controversias por su compleja condicionalidad, al punto que desde su propio sector arreciaron las críticas.
“Exigimos al gobierno que las cosas se hagan bien, es inaceptable que el Bono Clase Media termine en un fracaso. Reparen de inmediato esta mala política pública y que no haya letra chica para que este sea un bono universal. Esta es una vergüenza, tiene que ser reparado inmediatamente porque de lo contrario lo único que hace es aumentar la frustración”, reclamó el senador Francisco Chahuán.
Pero pese al intento presidencial, todo indica que la sala del Senado votará el proyecto a mediados de semana y que Piñera fracasará en pararlo, porque avanzada la tarde del lunes y conocidos sus anuncios, al menos cuatro senadores derechistas ratificaron su apoyo al tercer retiro. Descontado el apoyo opositor en pleno, sólo se requiere el voto de dos oficialistas para lograr el mínimo de 2/5 constitucional.
La presidenta del Senado, Yasna Provoste, anunció que planea acelerar la votación del proyecto, pues “nos parece que frente a la situación de emergencia que hoy día vive el país y frente a la enorme cantidad de chilenos y chilenas cuyas solicitudes han sido rechazadas del Bono Clase Media, es decir, no tienen suficientes recursos para ser considerados clase media, o tienen demasiados recurso para ser considerados en el Ingreso Familiar de Emergencia, es decir, hay una proporción que no califica para ningún instrumento, sin duda que el tercer retiro viene a ser una ayuda importante para esas familias”.
Marco Kremerman Strajilevich, experto de la Fundación SOL, sostuvo que los anuncios presidenciales avanzan en universalidad y en suficiencia, pero que al llegar sólo a 80 por ciento (12 millones de personas) de los hogares más pobres, quedan fuera aún una cantidad sustantiva.
“Esto es bienvenido pero no significará que un número importante de personas deje de salir de sus hogares para conseguir los ingresos faltantes. Como no se está implementando una renta básica universal, no resuelve el problema de exceso de movilidad que existe en Chile a partir de la pandemia y que ocurre porque los hogares tienen que seguir trabajando independientemente de las medidas sanitarias”, afirmó.
Kremerman proyecta que el retiro de los fondos de pensiones puede resultar imparable a pesar de que es una mala política de largo plazo.