Caminando, en sillas de ruedas, con bastón y hasta jalando su tanque de oxígeno, cientos de adultos mayores acudieron muy temprano al plantel Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y a la antigua Primera Región Militar para recibir la segunda dosis de la vacuna Pfizer BioNTech y Sinovac, respectivamente, contra el Covid-19.
Su llegada a alguna de las tres sedes en Coyoacán y dos en Venustiano Carranza, donde se espera inmunizar a 199 mil 999 personas, fue aprovechada por vendedores que ofrecían cubrebocas, caretas, dulces o alimentos.
También representantes de la empresa Tena que distribuyeron 5 mil muestras gratuitas con dos pañales cada una, a fin de que “conozcan y prueben el producto, que es de primera necesidad para personas de la tercera edad”, dijeron.
Los llamados viene viene intentaron hacer negocio al cobrar por estacionarse afuera de las instalaciones de la UAM Xochimilco, pero la llegada de estudiantes de la Universidad de la Policía y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana los ahuyentaron.
Desde antes de las 7 horas empezó a llegar la gente para recibir la segunda dosis del biológico, por lo que personal del Gobierno de la Ciudad de México los pasó a un área acondicionada con sillas, donde ejercitaron manos y pies.
Las promotoras del Instituto del Deporte los hicieron “ponerse las pilas” mientras abría el área de registro. A las 8:10 horas recibieron la vacuna y permanecieron en observación, sin reportar que alguna persona se sintiera mal.
La doctora Mirna Barra Aguirre, de la jurisdicción sanitaria Xochimilco, comentó que hasta las 10:45 horas sumaban mil 375 personas vacunadas y se estima atender a 5 mil por día para hacer un total de 34 mil en los seis días de vacunación.
A ellos se sumarán los habitantes de Coyoacán que vayan al Centro de Estudios Superiores en Ciencias de la Salud (Cencis-Marina) y del Estadio Olímpico Universitario –la población objetivo es de 127 mil 116–, dijo.
Los adultos mayores no tardaron más de una hora en completar el cuadro de vacunación y abandonar la universidad entre aplausos y con una bolsa con una barra de amaranto y una naranja en la mano.
El olvido de su constancia de la primera vacuna no impidió que algunos ingresaran, una vez verificada su CURP en la base de datos.
Únicamente se impidió el acceso a quienes recibieron la primera dosis de la vacuna Sinovac, “porque no podemos aplicarla aquí”, y tuvieron que ir a Venustiano Carranza, donde las sedes fueron en la Primera Región Militar y el Internado número 17 de la Secretaría de Educación Pública.
Ahí, quienes aplicaban la vacuna mostraban los pequeños frascos con la sustancia, incluso, antes de inyectarla también enseñaban que la jeringa contuviera el líquido; esto, para prevenir engaños.