Ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el canciller mexicano Marcelo Ebrard Casaubón volvió a censurar “la voracidad y el acaparamiento” de vacunas contra el Covid-19 por parte de países productores.
Esta concentración, enfatizó, se ha centrado en las desigualdades, los bloqueos comerciales de insumos para combatir la pandemia y la ausencia e insuficiencia de biológicos para América Latina y el Caribe.
Al participar vía virtual este lunes en el debate de alto nivel del Consejo de Seguridad sobre “Cooperación entre las Naciones Unidas y Organizaciones Regionales y Subregionales para promover la confianza y el diálogo en la prevención y resolución de conflictos”, el funcionario mexicano destacó la relevancia de las instancias regionales para impulsar el acceso equitativo a las vacunas.
Destacó que en el caso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) –conformada por 33 países de la región y cuya presidencia pro témpore recae en México— se impulsa la integración de América Latina y el Caribe y producir a la brevedad sus propios insumos y antídotos a fin de contrarrestar el acaparamiento.
“Nuestro objetivo estratégico es contar con vacunas propias aprobadas para garantizar la vacunación de todos los países de la comunidad lo más pronto posible, vistas las severas restricciones que estamos enfrentando en el acceso a las mismas y que muestran una concentración increíble, sin precedentes para el acceso”.
Una de las estrategias es la colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe para realizar un estudio completo del profundo impacto económico de la pandemia en la región; así como el diseño y puesta en marcha de un plan integral de autosuficiencia en biológicos y medicamentos sin precedente, con el que se busca reforzar las cadenas de producción y distribución sanitarias en la zona.
Otros de los avances para alcanzar los objetivos, expuso Ebrard, ha sido la cooperación entre los países de la Celac, la cual ha permitido la instalación de una red de especialistas en virología; la producción regional de la vacuna AstraZeneca –un esfuerzo conjunto entre los gobiernos de Argentina y México— con lo que se pretende contar con hasta 250 mil dosis para las naciones de la región; y el impulso a proyectos científicos para desarrollar vacunas en universidades y centros de investigación latinoamericanos en las que están participando en etapas pre-clínicas o ya clínicas vacunas desarrolladas por Argentina, Brasil, Cuba, Chile y México.
“Hemos procurado que la comunidad llame a los hechos un multilateralismo eficaz que produzca beneficios reales y concretos en nuestros pueblos y que contribuya a su desarrollo sostenible. Las organizaciones regionales pueden subsanar o complementar los esfuerzos de la ONU ahí en donde hay límites evidentes, como es el caso de las vacunas y los medicamentos”, subrayó.
El canciller mexicano apuntó que debido ala proximidad con sus respectivas zonas geográficas y por su experiencia y conocimiento de las dinámicas locales, las organizaciones regionales en el mundo “deben ser una primera instancia de prevención y atención a los posibles conflictos y las crisis que trascienden las fronteras de un país”.
“La magnitud y diversidad de las consecuencias adversas de la actual crisis sanitaria, hace impostergable una reflexión profunda para revisar el carácter estratégico de las organizaciones multilaterales en la atención a los retos multidimensionales de la seguridad internacional que ponen en peligro la vida de otros grupos de la población”.