Ciudad de México. El jueves, en la reunión virtual para revisar los efectos del cambio climático –convocada por Joe Biden–, el presidente Andrés Manuel López Obrador propondrá al estadunidense aplicar el programa Sembrando Vida en los países de Centroamérica, con objeto de generar de un millón 200 a un millón 300 mil empleos.
Al desglosar las vertientes de su plan migratorio Canadá-EU-México-Región Centroamericana, el mandatario mexicano pretende que los migrantes puedan obtener visas de trabajo por seis meses en los países donde sea requerida su mano de obra, y al cumplir tres años de producción en Sembrando Vida y, tras su buen comportamiento, a los seis años se les otorgue la ciudadanía en los sitios donde hayan laborado temporalmente.
En un video en sus redes sociales, mientras se hallaba entre ceibas, caobas y cedros de su finca en Palenque, Chiapas, expuso dos principales acciones de su administración en torno al cambio climático: “no extraer petróleo crudo que necesitamos para producir nuestras gasolinas, que, aunque tenemos muchas reservas –hemos encontrado tres grandes yacimientos–, ya no vamos a vender petróleo crudo, vamos a procesar toda nuestra materia prima en México.
“Esto qué significa: en vez de extraer, como se hacía antes, 3 millones 400 mil barriles diarios, vamos a poner un tope, que no va a pasar de 2 millones de barriles diarios; esto es dejar el petróleo para las nuevas generaciones, no agotar la herencia de las nuevas generaciones.”
Por otra parte, un informe de Pemex destaca que por día el país produjo, en el primer bimestre del año, un millón 640 mil barriles de petróleo.
El otro punto, señaló el Presidente, es invertir en mejorar 14 grandes hidroeléctricas.
Cedro y caoba
Relajado, enfundado en guayabera y calzando sandalias de cuero, el Presidente, con la mano posada en la corteza de un cedro de 50 años de edad, recordó al poeta Carlos Pellicer, quien escribió “cedro y caoba… dodecaedro”.
Refirió que en México se está sembrando un millón de hectáreas con árboles maderables, cafetales, cacaoteros, lo cual impide que la gente se vea obligada a migrar y además se ayuda a conservar el medio ambiente.
En el caso de Centroamérica se pueden sembrar, en tres años, 3 millones de hectáreas, y generar de un millón 200 a un millón 300 mil empleos para los ciudadanos de esa zona, y también para los mexicanos de Chiapas, Campeche, Veracruz, Oaxaca y Tabasco.
Oportunidades de trabajo
Profundizó en la propuesta de plantar árboles para contener el flujo de personas, pero sobre todo de involucrar a Estados Unidos en un plan migratorio.
“Podríamos hacer un acuerdo, decir: ‘a ver, te apoyamos para que siembres tu parcela, si vas a sembrar café o cacao, pues son tres años, te apoyamos tres años, pero a los tres años, ya que tengas tu cultivo, ya tienes derecho a una visa de trabajo, por seis meses para Estados Unidos. Vas seis meses y regresas a tu pueblo. Y luego tres años después de tener tu visa de trabajo, con buen comportamiento, ya tienes derecho a solicitar tu nacionalidad estadunidense’. Eso es ordenar el flujo migratorio.”
Al sostener que “los migrantes son seres extraordinarios”, adujo que su propuesta a Joe Biden representa una tercera etapa (aparte del TLC y el T-MEC), “un acuerdo regional de migración”.
Entonces sumó dos puntos más a su propuesta: “no extraer petróleo crudo que necesitamos para producir nuestras gasolinas, que, aunque tenemos muchas reservas –hemos encontrado tres grandes yacimientos–, ya no vamos a vender petróleo crudo, vamos a procesar toda nuestra materia prima en México (…)
“Y lo otro que vamos a hacer para contribuir a que mejore el medio ambiente, vamos a invertir para que mejoren las hidroeléctricas. La producción de energía eléctrica con agua es lo más limpio que hay. Vamos a intervenir 14 grandes hidroeléctricas.”
¿Por qué no ordenamos el flujo migratorio y nos complementamos?, preguntó, y avizoró la necesidad de cooperar: “si no nos unimos en América, nos va a superar Asia, y yo creo que podemos llegar a un buen acuerdo complementándonos”.