Moscú. Mientras un grupo de cuatro médicos de confianza del opositor Aleksei Navalny intentaron sin éxito visitar a su paciente ayer en la colonia penitenciaria IK-2 de la región de Vladimir, donde cumple condena a dos años y medio de reclusión, los miembros de su equipo –tras asegurar que la vida del mayor adversario del Kremlin corre peligro desde que se declaró hace 19 días en huelga de hambre–, exhortaron a sus seguidores a protestar el próximo miércoles, cuando el presidente Vladimir Putin tiene previsto presentar su informe anual ante el Parlamento.
El deterioro de la salud del activista se convirtió en noticia después de que su médica personal Anastasia Vasilieva, junto con el médico general Yaroslav Yashijmin, el neurocirujano Vsevolod Shurjai y el anestesista Aleksei Erlij, difundieron que Navalny “requiere de urgente hospitalización” y, por espacio de dos horas, trataron de entrar en la colonia penitenciaria IK-2 para ver a su paciente.
En la solicitud de permiso que enviaron al director del Servicio Penitenciario Federal, Aleksandr Kalashnikov, y que no obtuvo respuesta favorable, sostienen que el estado de salud de Navalny “es cercano a crítico, muestra insuficiencia renal progresiva que ya ha causado alteraciones de metabolismo graves y puede derivar en patologías muy delicadas del sistema cardiovascular, incluido un paro cardiaco”.
Llegaron a esa conclusión, según dicen, al conocer los resultados de un reciente análisis de sangre de Navalny. Con autorización de Yulia, su esposa, Yashijmin publicó a través de Facebook sólo los datos relativos a potasio, creatinina y urea que muestran niveles elevados que podrían significar un cuadro de hiperpotasemia, también llamada hipercalemia.
Esos niveles –en opinión de otros médicos consultados– en efecto pueden causar insuficiencia renal aguda, pero algunos especialistas creen que sería necesario conocer también los niveles de sodio que no se hicieron del dominio público, así como descartar una eventual seudohiperpotasemia que se produce si la toma de sangre no se hace de forma debida.
En ese contexto, Leonid Volkov e Ivan Zhdanov, miembros del equipo de Navalny, desde su exilio en algún país de Europa, hicieron ayer un llamado a sus seguidores para manifestarse en apoyo del opositor y exigir su inmediata libertad.
Aunque no se ha llegado al medio millón de personas registradas desde Internet para participar en una multitudinaria protesta a escala nacional –cifra que los organizadores consideran que las autoridades no se atreverían a reprimir–, ni se sabe cuántos nombres en la base de datos son reales y no ficticios, concluyeron que “no se puede esperar más por el estado de salud de Navalny”.
Por esa razón, exhortaron a los seguidores del dirigente opositor a salir a la calle el 21 de abril, a la hora en que el titular del Kremlin presente su informe anual ante el Parlamento, el cual adquiere especial interés a escasos meses de las elecciones para renovar la composición de la Duma o cámara baja.
“¿Han visto alguna vez –escriben Volkov y Zhdanov en su llamamiento– cómo matan a una persona. Sí, ya lo vieron. Lo están viendo ahora mismo. Y por más que uno quisiera abstraerse, no pensar en eso o hablar de otra cosa nada va a cambiar el hecho de que están matando a Aleksei Navalny. De una manera terrible. Ante la mirada de todos nosotros”.