La Habana. El octavo congreso del Partido Comunista de Cuba, que marca la salida de Raúl Castro del poder, aborda este sábado temas espinosos del país como la economía, que encara su peor momento en casi 30 años, y la “subversión” en Internet.
Unos 300 delegados del partido, provenientes de todo el país, en representación de los “más de 700 mil” militantes, según medios oficiales, se reúnen en La Habana para este congreso histórico, que se inició el viernes a puerta cerrada.
Los delegados están divididos en tres comisiones de trabajo: una dedicada a la economía, la segunda a las actividades ideológicas y la tercera a los dirigentes y el papel del partido.
La primera de estas comisiones, dirigida por el primer ministro, Manuel Marrero, debate las críticas planteadas el viernes por Raúl Castro, de 89 años, en su último gran discurso como máximo dirigente del partido.
“La estructura productiva (del país) no logra satisfacer los niveles de demanda de la población”, dijo Marrero al abrir los debates, y recordó que “este asunto no es sólo una prioridad, sino que es una cuestión de seguridad nacional”.
La isla vive una crisis de escasez de alimentos y otros productos de primera necesidad derivada del impacto de la pandemia del coronavirus y el reforzamiento del embargo de Estados Unidos, vigente desde 1962.
No obstante, Marrero destacó que, “a pesar del complejo escenario”, el país no se ha “detenido en la búsqueda de soluciones a los actuales problemas” ni renunciado “a los planes futuros”.
Esta responsabilidad recaerá en el presidente Miguel Díaz-Canel, de 60 años, quien reemplazó a Raúl en la presidencia en 2018, y será designado el lunes primer secretario del partido, el más alto cargo del poder.
Los debates prosiguen un día después de que Castro se refirió a “la mentira, la manipulación y la propagación de noticias falsas” en las redes sociales, que buscan dar la imagen de una Cuba “moribunda y sin futuro, a punto de colapsar y dar paso al estallido social”.
“Estas circunstancias por sí mismas demandan esa urgente transformación (...) en el terreno ideológico”, subrayó al referirse a la “subversión” en las redes.