Ciudad de México. Mon Laferte prefiere definirse como una mujer amorosa, dispuesta a romper estereotipos y generar “conversaciones” con su música y arte, pero sin considerarse una guerrera.
“Nunca me he asumido como tal, pero sí han pasado cosas en mi vida, que tienen que ver con decisiones que he tomado o con mis luchas personales, las cuales han cambiado mi futuro, mi familia, mi entorno, pero éstas surgen desde el entusiasmo, lo hago de una manera muy amorosa, porque me gusta hacer cosas por mis deseos y por lo que creo”.
El éxito ha llegado a su carrera, “en una bella etapa de mi vida”, sostiene la cantante quien lo agradece con “amor y humildad” porque esto significa que su música “es relevante para muchas personas, sobre todo para los jóvenes, pero el mensaje –en realidad– es que se puede hacer todo tipo música, no hay que seguir modas ni corrientes y ofrecer una paleta de colores.”
La cantautora chilena que ha adoptado a México, a Tepoztlán en específico, como su hogar contó a La Jornada a propósito de su reciente álbum Seis, sobre sus miedos, inspiraciones, las protestas, el empoderamiento de la mujer; además de aceptar que en su vida ha sufrido abusos físicos, pero además tuvo que “desaprender” la forma amar, como ella la conocía.
Laferte explicó que, por medio de muchas de sus composiciones exorciza emociones y sentires. “Siempre he pensado que las canciones me vienen enseñar muchas cosas y me voy conociendo mediante ellas; por ejemplo al escribir para Seis, el tema Te vi, dedicado a mi mamá es muy importante; también lo fue en el momento de mostrárselo y cantárselo; pero también en el tema Se me va a quemar el corazón, me di cuenta que tenía que desaprender muchas cosas de la forma en que aprendí a amar, de este amor romántico, de la percepción con una relación de pareja”.
Lo cierto es, “que muchas de las canciones vienen hacerme la terapia y educarme”, aceptó la intérprete quien en su reciente producción devela “cosas que tenía guardadas en el corazón”, sin dejar de lado los temas de protesta, feminismo y crítica social.
La verdad, confesó, “es que siempre he tenido inquietudes” en torno a temas de problemática social, pero “creo que ahora simplemente encontré las palabras; y siento que mis opiniones tienen más relevancia, hay un poco más de foco y se habla más; pero han sido temáticas que he tocado en otros discos, siempre han estado presentes, supongo he encontrado mejor las palabras y también los años han desarrollado esta virtud” al escribir.
Sobre si no siente temor al emitir posturas y realizar protestas, Mon Laferte sostuvo: “Siempre, en todas las decisiones que he tomado, sí ha habido un poco de miedo, de esperanza, de entusiasmo por la vida; pero ese miedo no me paraliza; cuando quiero hacer algo soy muy entusiasta y voy y lo hago; cuando creo en algo voy y lo defiendo”.
Prosiguió: “Con el paso de los años, hay cosas que cambian en algunos temas; a veces soy más cautelosa o guardo más silencio, pero si me preguntas si siento miedo: ese no es lo principal, aunque hay una pequeña dosis”.
La cantante recordó que desde “muy pequeñita” rompía estereotipos porque “siempre me veía en situaciones que sentía que eran normales por lo que veía en casa o por la educación que tuve, pero para la sociedad no eran o siguen siendo temas complejos o tabú, entonces hay muchas cosas que hago que para mí son normales y resulta que no; entonces se genera un conversación, porque también sé que no tengo la razón en todo, estoy consciente de ello”.
Mon Laferte, contó, sin profundizar, sobre la violencia que ha sufrido.“Lamentablemente, sí; a lo largo de toda mi vida; abusos físicos en la infancia, en la adolescencia; sí he tenido que vivirlo en varias ocasiones”.
Sobre Seis, retomó la intérprete, fue realizado durante la pandemia “la cual me vino muy bien, para tomar un tiempo, estar en soledad en casa sin tanto ajetreo, gira o viaje. Para la parte creativa ha sido increíble, he tenido mucho tiempo para este álbum que es mucho más personal, contemplativo con muchos de los sonidos de México, que son con los que he vivido los pasados dos años. También me tocó pasar el confinamiento en Tepoz, donde resido desde hace un par de años, en un lugar tranquilo, al lado de los cerros, montañas”.
Sobre qué le gustó de México para adoptarlo como lugar de residencia, Laferte dijo que no sucedió como un amor a primera vista o amor platónico, sino “cuando llegué me vi con tanta información por todos lados, tan estimulada por la ciudad, los paisajes, el Metro, los ruidos, las canciones, los gritos de los vendedores ambulantes, que todos los colores y sabores me volvieron loca; me pasaron muchas cosas; por ejemplo, las malas que tuve en un principio, también fueron parte de la magia. Nunca me había sentido más viva, en toda mi vida, que cuando pasé mi primer año en este país”.
En Seis, colaboran Alejandro Fernández, Gloria Trevi, la banda oaxaqueña Mujeres del Viento Florido y La Arrolladora Banda El Limón, que junto con Laferte potencian la identidad mexicana en el reciente álbum.
Pero el sencillo La Mujer, al cual se unió Trevi, es un nuevo himno femenino, con un significado especial gracias a la participación de la cantante regiomontana quien “resurgió de las cenizas”, se salió del esquema y el estereotipo.