Frente a la violencia de género, acoso y hostigamiento del que han sido víctimas las alumnas de la Escuela Nacional de Arte Teatral, y por lo que llevan más de un mes en paro de labores, el colectivo Morras ENAT exigió a las autoridades de la Secretaría de Cultura federal, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y de la dirección de la escuela que, “de manera urgente”, actualice el código de conducta y protocolos de dicha institución.
Según el colectivo, el 8 de marzo salieron a la luz “casi 100 denuncias de alumnas actualmente matriculadas en la ENAT, en la que se relatan diversos abusos, como violación y acoso, de maestros, personal administrativo y alumnos”.
Ayer, en conferencia realizada en su cuenta de Facebook, las ex alumnas Karen Condés, Lucía Corbello, Ana Banderas y Mariana Mayers leyeron un pliego petitorio en el que solicitan y exigen, entre otras cuestiones, que no haya represalias o sanciones en detrimento del alumnado, que haya una restructuración del calendario escolar con el propósito de que la comunidad tenga oportunidad de culminar su ciclo escolar, la aprobación del Protocolo para la Atención y Erradicación de la Violencia de Género, presentado por el mismo colectivo, y el desahogo del proceso para la conformación de la Comisión para la Atención y Erradicación de la Violencia de Género, en un tiempo no mayor a 15 días, sin que los nombramientos recaigan en los directivos actuales.
Como parte de dicho pliego petitorio, exigieron también que, mientras no se resuelvan sus demandas, los maestros y alumnos denunciados por acoso y violencia de género sean separados de manera “inmediata de las actividades frente a grupo, hasta en tanto el órgano de control interno no pronuncie una resolución en lo concerniente a su responsabilidad”.
Solicitaron asimismo la intervención inmediata de la Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México y de la Comisión Nacional para la defensa de los Derechos Humanos con el propósito de que la primera inicie cursos de capacitación de todo el personal de la ENAT, destinados a la erradicación de toda violencia contra el alumnado, y que designe a un comisionado especial que dé seguimiento a la problemática que aqueja a la institución académica.
En cumplimiento con la transparencia e imparcialidad, demandaron la instalación de una mesa de diálogo permanente y que todas las reuniones con las autoridades se desarrollen de manera pública, y que, para evitar la revictimización, no deberá exponerse a las y los denunciantes a procesos de formación académica.
El colectivo Morras ENAT apuntó que “la violencia y la educación no son compatibles. No son las denuncias lo que ensucia el buen nombre de las autoridades educativas, sino su omisión en respetar y hacer respetar las leyes y los derechos humanos.
“El temor al escándalo que asusta a los funcionarios debe ser depuesto ante el dolor que sufren las víctimas frente a la violación de sus derechos humanos fundamentales. Las conductas de omisión, que seguro se desplegaron en la absurda creencia de que se hacían en beneficio de la escuela, carecen de asidero moral, lógico y legal”, concluyó el colectivo.