En su libro Canción de amor del cielo y la tierra, el poeta y ensayista veracruzano Víctor Toledo demuestra que “lo único que nos salva de la muerte es la capacidad amatoria, la capacidad de generar un amor vital, luminoso, sin inviernos; un amor que recorra todos los caminos y todas las lenguas”.
Así lo afirmó el también poeta y ensayista chiapaneco Víctor García Vázquez en la presentación de ese poemario publicado por editorial Leviatán, realizada vía digital a iniciativa de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL).
“Este nuevo libro de Toledo representa su dulce estilo, muestra que el autor está en la flor de su edad poética y, tal vez, en la flor del enamoramiento. Este poemario es un canto órfico disuelto en 62 fragmentos o surcos, cada uno quizá representa un año en su vida”, indicó el también docente, quien consideró que escribir un poemario estrictamente de amor hoy día es un riesgo que aquel creador asumió en plena madurez con valentía, vehemencia y potencia poética.
A su decir, en esta época que nos demuestra descarnadamente la fragilidad de las relaciones humanas, Canción de amor se erige no sólo en un libro de amor, sino un libro amoroso cuyo propósito es dar una lección de ética y estética, una auténtica didaxis de erosofia.
“Cartilla moral y terapia de vida, nos muestra que la poesía sigue teniendo una función didáctica, aunque su propósito no sea enseñar, sino el de ensoñar. No nos enseña cosas sobre el amor, sino más bien cómo el amor nos arrastra a alturas inconmensurables.”
Según el poeta y editor José Ángel Leyva, la referida pareciera en principio una obra sui generis de Víctor Toledo; sin embargo, se mantiene en esa constante de incursionar en ámbitos en los que el mundo natural se toca con el sobrenatural y la poesía adquiere un poder de transformación, mutación y conversión en expresiones misteriosas.
“Este libro nos presenta un ámbito donde se entrevera lo actual con lo antiguo. Parecería que los cabos de estas hebras vienen a concurrir en este sitio para hablarnos de un asunto fundamental: el amor, uno de los temas más antiguos y recurrentes de la poesía”, sostuvo.
“Aquí nos encontramos sobre todo con el dilema de la agonía del eros. Esta idea de que finalmente la poesía tiene que ver con una conciencia de la muerte es al mismo tiempo la conciencia de la vida. Esta alternancia de luces y de sombras, de muerte y de luz, tiene que ver con esta mirada de Víctor que nos coloca en un momento de una sociedad del vacío, de una sociedad donde todo es transitorio, banal, prescindible. Nos vuelve, pues, a colocar en esa mirada de lo que es indispensable y perdurable.”
Antes de leer algunos de los poemas del libro, Víctor Toledo aclaró que el punto de partida son sus reflexiones acerca del alma y la inmortalidad del mito, además de tener las bases de Hermes Trismegisto.