Directores y profesores frente a grupo de educación básica señalaron que si bien es una medida positiva la vacunación de todo el personal educativo en el país, “no se puede ceder a presiones electorales o económicas para apresurar un regreso a clases presenciales que puede representar un enorme riesgo de generar una tercera o cuarta ola de contagios”.
En entrevista, dijeron que además de la inmunización de los trabajadores del sector, “se deben atender las múltiples carencias de infraestructura, equipamiento e insumos que sufren las escuelas, porque no se trata de pasarle la charola a los padres de familia que están enfrentando condiciones económicas muy difíciles”.
Por separado, Pedro Hernández Morales, secretario general de la sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y Francisco Bravo, director de primaria y profesor con más de 30 años de servicio, coincidieron en que “no hay un planteamiento claro de protocolos ni un diálogo con los maestros, porque no se trata de un regreso a clases por decreto”.
Recordaron que el ciclo escolar 2020-2021 concluye el 9 de julio, por lo que en el caso de la Ciudad de México, “si la propuesta es retornar a clases presenciales para el 15 de junio, prácticamente volveríamos sólo al cierre administrativo del año escolar, y la pregunta es si vale la pena arriesgar la estabilización en los contagios que hemos alcanzado por tres semanas de clases”.
Bravo indicó que “tampoco se conoce la opinión de los padres de familia, y si ellos aceptarían asumir el riesgo de generar nuevos contagios en sus entornos familiares, porque sabemos que los niños y adolescentes pueden ser pacientes asintomáticos de Covid-19, lo que eleva el peligro”.
Alertaron que la Secretaría de Educación Pública (SEP) tampoco ha presentado “ningún planteamiento técnico-pedagógico para el regreso a clases y qué hacer con los alumnos que no tienen calificación asignada en el primer y segundo trimestre del año. No hay planteamientos en lo propiamente educativo. Y con estas condiciones, pareciera que lo que se busca es apresurar el regreso a clases”.
Hernández Morales insistió en que el gran desafío no sólo es avanzar en la vacunación del personal educativo, sino del resto de la población, y atender las necesidades de las escuelas, para lo cual, dijo, se requiere un diálogo con el gobierno federal, pero también a nivel de las autoridades locales, porque la capital del país “tiene una de las matrículas más grandes en educación básica, pues tan sólo la alcaldía de Iztapalapa tiene más escuelas y alumnos que ocho estados”.