La Habana. Participó en el asalto de un cuartel en su juventud antes de convertirse en guerrillero. Hermano y mano derecha del líder de la revolución, Raúl Castro dirigió a las fuerzas armadas, terminó convirtiéndose en presidente y siempre pareció consciente de que en algún momento cambiarían los dirigentes históricos.
Al anunciar su retiro como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), Raúl Castro pone fin a seis décadas de liderazgo junto con su hermano Fidel, fallecido en noviembre de 2016, que dejan huellas en la historia de la nación caribeña.
En abril de 2016 advirtió que se despediría en este nuevo encuentro partidario. “Por inexorable ley de la vida” para dejar a “los pinos nuevos las banderas de la revolución y el socialismo, sin el menor atisbo de tristeza o pesimismo”, señaló, y cumplió su palabra este viernes.
De mediana estatura, ojos pequeños –por lo que popularmente sus compatriotas lo apodan El chino–, poco locuaz en público y con fama de pragmático, el longevo Raúl Castro tuvo incluso tiempo de suceder a su hermano y desarrollar su propio gobierno, iniciando una serie de reformas económicas de apertura –dentro del esquema socialista– impensables en tiempos del mandato de Fidel. Sin embargo, no dejó de insistir en que la empresa estatal y la unidad de todos los cubanos en torno al partido único eran su apuesta para el desarrollo del país.
Nacido el 3 de junio de 1931, Raúl Castro Ruz fue el cuarto de siete hermanos. Se formó en escuelas católicas antes de inscribirse en la Universidad de La Habana, de la que jamás obtuvo un título.
En los años 50 viajó a Europa y mostró su simpatía por los jóvenes comunistas, antes de volver a la isla y sumarse al fallido asalto al cuartel Moncada en 1953, que terminó en años de cárcel y exilio. En 1959 entró a La Habana como mano derecha de Fidel luego del derrocamiento del dictador Fulgencio Batista. Desde entonces, se hizo cargo de las fuerzas armadas y casi inmediatamente se casó con la también combatiente Vilma Espín, con quien tuvo cuatro hijos.
Sucedió a su hermano en la presidencia en 2006
En 2006 tomó la presidencia ante la enfermedad de Fidel –quien falleció 10 años después– y en 2014 sorpresivamente acordó con el mandatario Barack Obama la reanudación de las relaciones con Estados Unidos –que mantiene fuertes sanciones contra la isla– rotas cinco décadas antes con el triunfo de la revolución.
En 2018 abandonó el Ejecutivo –pero retuvo el cargo de primer secretario del PCC– y planteó una ordenada sucesión para el actual gobernante, Miguel Díaz-Canel, ingeniero de 60 años. En aquellos momentos reiteró lo que había prometido: que se alejaría también del liderazgo comunista en el Congreso de 2021 y dejaría ese puesto.
Se desconoce cuáles serán sus actividades en adelante, aunque el ex presidente cubano dijo que seguirá como un “combatiente” o militante más.
“Mientras viva estaré listo con el pie en el estribo para defender a la patria, la revolución y el socialismo con más fuerza que nunca”, aseveró.