Buenos Aires. Los anuncios que el presidente Alberto Fernández hizo la noche del miércoles, que incluyen una restricción para circular entre las ocho de la noche y las seis de la mañana (hora local), para reforzar algunas restricciones ante la escalada de contagios de la nueva ola de Covid-19, que llegó al récord de 27 mil contagiados esta semana, y que amenaza con el colapso de hospitales públicos y privados, fue tomada por la oposición derechista de Cambiemos –que integran también los dueños de los grandes medios de comunicación en este país–, para organizar cacerolazos en los barrios más ricos de la ciudad con una falsa interpretación de las medidas, y un cruce con el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, quien habló de un toque de queda en Argentina y de la salida de militares a las calles, lo cual no existe.
Las medidas restringen más los horarios nocturnos y el cierre de comercios, que ya estaban afectados por la misma ola de contagios, a partir de las 19 horas locales, todo esto durante 15 días hasta el 30 de abril.
Pero también se dispuso la suspensión por el mismo tiempo de las clases presenciales, que llevan al desplazamiento de más de un millón de personas, después de un paro de varias organizaciones sindicales de maestros en Buenos Aires para pedir al gobierno de la ciudad que los vacune, ya que se reportaron varios contagios, incluida la muerte de un estudiante de 19 años.
Se suspende asimismo la circulación de personas entre las 20 horas y la seis de la mañana, hora en que se reanudan las actividades esenciales, ordenando a las fuerzas de seguridad a colaborar en el cumplimiento de estas restricciones.
La oposición durante la cuarentena en 2020, mandó grupos a las calles para mantener una constante tensión, negando la existencia del virus, primero, y hablando de una dictadura por medidas de orden sanitario, con insultos para los funcionarios policiales y una fuerte campaña de guerra sucia en la prensa opositora.
Tras el anuncio del presidente se oyeron cacerolazos en los barrios más ricos de Buenos Aires, incluso decenas organizaron claxonazos frente a la presidencial Quinta de los Olivos, así como en la vecina localidad de Pilar.
El gobierno de Fernández logró incorporar nuevos hospitales, incluso durante la emergencia y las condiciones necesarias para impedir el colapso. Pero no hubo una sola medida que la oposición no cuestionara por conducto de sus medios de comunicación.
Ahora no sólo llamaban a la desobediencia, con lo cual prosperan las fiestas y reuniones nocturnas y violaciones de los protocolos sanitarios, especialmente en esta capital. Las cepas nuevas han triplicado los contagios y todo el sector salud exigía al gobierno adoptar medidas urgentes ante la inminencia del colapso en hospitales.
Fernández agregó que las fuerzas armadas iban a colaborar para vigilar el cumplimiento de las restricciones y, como lo estuvieron haciendo en esta capital, instalando lugares de comida en los barrios más afectados por la pobreza, así como médicos y enfermeros militares que auxiliarán en la vacunación y la instalación de carpas sanitarias.
De inmediato la oposición habló de “tanques y militares tomando las calles”, lo que no sucedió, y también lo hicieron los medios de las “noticias falsas”.
Críticas de Bolsonaro
Desde Brasil, Bolsonaro, quien niega la pandemia y amenaza a gobernadores por las medidas que adoptan en sus estados frente a la inacción presidencial para frenar el avance del coronavirus, salió a cuestionar a su par, Fernández, con ironía, haciendo eco de las informaciones del diario digital Infobae, afirmando que a él lo llamaban dictador, pero en Argentina iban a imponer el estado de sitio y toque de queda.
“No he declarado el estado de sitio ni lo pienso hacer. Ni las fuerzas armadas están para hacer trabajos de seguridad interior, sino para actuar en catástrofes brindando apoyo a la gente”, precisó Fernández en Radio 10, y en alusión a Bolsonaro comentó: “hay que explicarle la Constitución argentina”.