Ciudad de México. Aunque el trabajo sonoro de Sound of Metal pudo haber sido terminado en Estados Unidos, Francia o, incluso, Finlandia, el director de sonido, Nicolas Becker, quería que la cinta tuviera un tratamiento más plural. Esa noción acabaría llevándolo a trabajar con los mexicanos Michelle Couttolenc, Carlos Cortés y Jaime Baksht, ganadores del premio Bafta al mejor sonido y postulados al Óscar en la misma categoría.
Desde hace 14 años Couttolenc y Baksht trabajan juntos y han participado en películas como Roma, Güeros, El laberinto del Fauno y Post Tenebras Lux. Como resultado, los mexicanos han desarrollado nuevas formas de “atacar la mezcla de sonido cinematográfico”, experiencia que sirvió para abordar una cinta como Sound of Metal con una idea clara.
En el cine, la parte sonora se desarrolla en tres etapas. La primera, el sonido directo, proviene de lo que sucede en el set con actores y director. Después viene el diseño, que consiste en agregar elementos como efectos especiales, sonidos de ambiente y objetos, además de la música que se usará. Finalmente, se mezclan todos los elementos y se ajusta cada detalle de lo que será el último corte.
En Sound of Metal, el diseño sonoro estuvo a cargo del francés Nicolas Becker y del director Darius Marder, pero también del mexicano Carlos Cortés. Michelle y Jaime, por su parte, trabajaron en la última etapa, que fue hecha desde México. Los mixers, además de balancear, nivelar y espaciar los sonidos, terminaron de dar forma a las maquetas hechas por sus colegas.
“En ese sentido lo que sucedió es que hubo mucha libertad para tomar ese tipo de decisiones, y Michelle Couttolenc y yo nos pusimos a depurar muchísimo la idea”, explicó Baksht en entrevista.
Autonomía creativa
Además de la autonomía creativa, participar en una cinta como la de Marder fue para los mexicanos una buena oportunidad de explotar sus capacidades. “Como mixers, poder trabajar en un proyecto donde mucha de la atención y mucha de la emoción se da a través del sonido es un privilegio y como un sueño, puedes proponer y ser súper creativo”, señaló Couttolenc.
A pesar de su experiencia previa y de que en cada proyecto los mixers tratan de hacer su mejor trabajo, con Sound of Metal hubo ciertas diferencias. “Lo distinto es que el sonido es un personaje principal. Ruben (el protagonista) es un músico, baterista, se queda sordo, luego le hacen un implante, y entonces todo gira alrededor de la audición”, agregó.
Para los mixers, el reconocimiento que ha recibido su obra es un aliciente al final de un largo camino de paciencia, compromiso, disciplina y trabajo. También estiman que en el cine “un premio no debe ser personal”. De acuerdo con Baksht, las candidaturas y galardones recibidos deben ser aprovechados más allá de la simple atención, “que debemos utilizar todos los del gremio para ayudarnos, que nos ayude en algo, no nomás quiero un muñeco en la vitrina de mi casa. Que sirva para convocar y decirnos a todos que vamos por buen camino”, indicó.
Aun antes de las nominaciones, Baksht ya veía su trabajo en Sound of Metal como un premio. El mexicano quería participar con Becker, a quien también admira por su labor más allá del cine. El francés, a diferencia de lo que suele ocurrir en la producción cinematográfica, es un artista sonoro que cuenta con su propia obra, y ha colaborado con personalidades como Brian Eno y Patti Smith.
De hecho, fue al trabajar en el último disco de la música estadunidense como comenzó el contacto de Becker con los mixers mexicanos. Mientras el álbum era producido, conoció al músico y cineasta mexicano Leonardo Heiblum, y fue él quien, tras escuchar las inquietudes del francés, le recomendó el estudio Splendor Omnia, de Carlos Reygadas.
“El sonido a parte de contar una historia debe producir emociones. Nicolas se va mucho más por lo emocional”, contó Baskht sobre la visión que tenía el francés. En Sound of Metal, “es una música que difícilmente puedes recordar, no hay melodías; es más bien una cosa de texturas, ambiental”.
A Michelle Couttolenc, por su parte, le enorgullece pensar que su trabajo compite con producciones que ella ha disfrutado y apreciado ampliamente. También le complace ver que cada vez más mujeres compiten y ocupan lugares importantes en la industria cinematográfica. “Es un camino que hay que seguir recorriendo y haciendo, y creo que esto también sirve para que haya más conciencia de los prejuicios hacia algunas profesiones, que en realidad sí pueden estar al alcance de las mujeres”, detalló.
“Una de las cosas increíbles del cine es el trabajo en equipo”, puntualizó Jaime Baksht, quien también ve en la colaboración con mujeres la posibilidad de contar con puntos de vista diversos y aportes que sólo pueden hacerse desde esa óptica.
Los mixers mexicanos, además de prepararse para la ceremonia de entrega de los Óscar, ya trabajan en su siguiente proyecto: una cinta dirigida por Lorenzo Vigas.
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