Ciudad de México. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhortó a la Fiscalía General de Justicia de Veracruz (PGJV) a reabrir las investigaciones sobre las agresiones contra Ernestina Ascencio Rosario, mujer indígena de 73 años de edad presuntamente violada elementos del Ejército en febrero de 2007, lo que habría derivado en su fallecimiento.
La reapuertura de la indagatoria, enfatizó el organismo nacional, debe conducir a las consecuencias legales que correspondan y facilitar los procesos de memoria, verdad, justicia y reparación.
Esto debido a que a 14 años de los hechos, donde habrían estado involucrados integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional, “la justicia plena sigue siendo un reclamo porque hay incumplimiento en la atención a los familiares de la víctima, quienes exigen el esclarecimiento de las indagatorias”.
Asimismo, convocó a la Secretaría de Gobernación (SG) a colaborar para que “se dé paso a un proceso de investigación capaz de generar una conciliación entre el Estado mexicano y las víctimas sin necesidad de recurrir ante instancias supranacionales”.
“Esta revisión constituirá un parteaguas que obliga a hacer observaciones pendientes sobre casos emblemáticos en los que se han violado los derechos humanos por parte del Estado mexicano y sobre todo en materia de reparación integral del daño”, apuntó el organismo en un comunicado.
Es de recordar que el 8 de marzo pasado, la CNDH emitió un primer pronunciamiento sobre este caso, en el que se comprometió a revisar su propia actuación que derivó en una recomendación que en su momento fue duramente criticada, al no concluir en responsabilidad para los militares. El organismo también planteó la necesidad de analizar, con base en la perspectiva de género, presuntas violaciones a los derechos a libertad sexual, a la vida y a la protección de la salud de Ascencio Rosario.
Ernestina Ascencio, indígena náhuatl originaria de la sierra de Zongolica, Veracruz, fue víctima de una violación sexual tumultuaria presuntamente cometida por militares el 25 de febrero de 2007. Falleció un día después en el hospital regional Río Blanco. En la necropcia se asentó que murió debido a las graves lesiones que presentaba, incluyendo “múltiples desgarros en las regiones vaginal y anal”.
En entrevista con La Jornada, el entonces presidente Felipe Calderón, aseveró que la causa de la defunción de la mujer se debió a una “gastritis crónica”, versión que fue avalada por la CNDH, que en ese momento era presidida por José Luis Soberanes.
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