Ciudad de México. En espera de la tercera ola de la pandemia de Covid-19, de la que ya hay señales incipientes por el incremento de personas con síntomas de enfermedad en cinco estados de la República, el subsecretario Hugo López-Gatell, a cargo del manejo de la emergencia sanitaria, está convencido de que su responsabilidad “no se agota en lo técnico”.
Debe hacer frente a la desinformación, y los grupos de interés político y económico, “aunque les ponga la evidencia, van a interpretar algo diferente”, señala en entrevista con La Jornada al término de la conferencia vespertina en Palacio Nacional.
A más de un año de iniciada la pandemia y todavía con algunas secuelas (fatiga, dolor de cabeza) del Covid que padeció en febrero, reconoce los problemas que se han enfrentado en el Plan Nacional de Vacunación, porque la mayoría del personal que participa es eventual, y el de base cumple con su horario y días de descanso. No ha habido acciones filantrópicas para laborar los fines de semana. De ahí que cueste trabajo aumentar la velocidad de la inoculación, dice.
–¿Es lenta la vacunación contra el Covid-19. ¿Faltan brigadas?
–Tenemos 10 mil brigadas con al menos dos personas que aplican las vacunas, pero ha sido una limitante la falta de trabajadores con experiencia. Hay cerca de 22 mil voluntarios universitarios, de los cuales ya laboran 2 mil 500 y el resto se sumará para inocular al personal educativo; además contamos con más militares que ayudan con las inyecciones, la logística y el registro. Hay un problema porque la mayoría de los vacunadores del IMSS, Issste y Pemex son eventuales, sin condiciones laborales razonables y, por tanto, no hay experiencia acumulada. Los trabajadores de base tienen sus horarios y días de descanso. Como hay eventuales, incluso subrogados, no hay donación de tiempo en fines de semana. Uno esperaría que eso pasara por millares, y no ha sido así, lo que explica, en parte, el lento avance de la estrategia. La otra es que ahora toma más tiempo llegar a las localidades suburbanas o rurales para inmunizar a las personas.
Además, dice, está el riesgo de que disminuya la entrega de biológicos por decisión de los países productores. Sobre la vacuna Patria, presentada el martes como un desarrollo mexicano, se le hace ver que, en realidad, es de instituciones de Estados Unidos y que la empresa Avimex obtuvo una licencia para la utilización de la plataforma. López-Gatell desconocía esto y ofreció investigar.
Señala que el Conacyt evaluó los proyectos existentes en el país, dos de ellos en el Instituto de Biotecnología de la UNAM, otro de la Universidad de Querétaro, que se consideró “no prometedor, pero habrá que ver si lo es”. Se eligió el trabajo de Avimex, que empezará la fase uno de la investigación clínica.
–¿Hay señales de que viene la tercera ola de la pandemia?
–Son iniciales por el aumento de personas con síntomas de enfermedad en Morelos, Tabasco y Guerrero. En Nayarit y Colima están en una meseta. Este es un reporte diario y la alerta de la semana pasada para Baja California Sur y Chihuahua se mantiene para esta última. Con esto, los equipos técnicos revisan los otros indicadores del semáforo: positividad, tendencia de hospitalización y mortalidad, entre otros.
–Se ha visto que el responsable del manejo de la crisis sanitaria cambió su mensaje técnico por el político.
–A lo largo de la pandemia, cada vez ha sido más claro el papel nocivo de pequeñas minorías políticas y de grupos de interés. Es necesario contrarrestar la confusión que generan, como fue con el video del señor al que la enfermera sólo le picó y no aplicó la vacuna. Hizo lo correcto, porque el hombre gritó, pero en el mismo momento se le administró la inyección.
–¿Usted pierde credibilidad al confrontar?
–Que lo evalúe la sociedad. La responsabilidad técnica no termina en lo biológico; la epidemia tiene una dimensión social y a esos grupos les irrita que yo hable de la comida chatarra y las muertes que ocasiona su consumo. O de las 65 mil muertes que causa el tabaquismo, y hay grupos de interés que están operando para impedir la reforma a la Ley contra el Tabaco que está en la Cámara de Diputados.
“Tengo la tranquilidad de que en las conferencias dedico mucho más tiempo a hablar de la pandemia, los asuntos científicos, en relación con los intereses que son obstáculo de la salud pública, y la Organización Mundial de la Salud recomienda no dejar pasar noticias falsas, sino atajarlas con información técnica basada en evidencia científica. Eso hago.”
Otro tema que se le plantea es la falta de congruencia en sus mensajes, como cuando pide quedarse en casa, pero se va a la playa, o que las personas usen cubrebocas en lugares públicos, pero se va al parque y no lo porta. Además, la Secretaría de Salud ha mentido, “como cuando usted estuvo hospitalizado” y el área de comunicación social dijo lo contrario.
Sobre esto último, señala que se limitó a contestar que él no ocultó su hospitalización. De su paseo en el parque, comenta que fue después de 12 días de que había iniciado con síntomas y, aunque todavía tenía el coronavirus, la evidencia de la OMS es que en los casos leves, después del día 10 el potencial de contagio es bajo.