Brasilia. El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil comenzó a analizar ayer en sesión plenaria la anulación de las condenas por corrupción contra Luiz Inácio Lula da Silva dictada por Edson Fachin, uno de sus jueces, que restituyó al ex presidente izquierdista sus derechos políticos.
La sesión entró en receso anoche y se reanudará hoy.
En este nuevo juicio con potencial de sacudir la política brasileña, los 11 magistrados también podrían pronunciarse sobre la decisión posterior de una sala de la alta corte de declarar “parcial” al ex juez Sergio Moro en la condena por la que el ex mandatario izquierdista fue a la cárcel.
El juez Edson Fachin desató el 8 de marzo una tormenta al considerar que el tribunal de Curitiba que condenó a Lula por dos causas no tenía competencia para hacerlo y que el ex mandatario debe ser juzgado nuevamente por la justicia federal en Brasilia.
Esas causas, por las cuales Lula, de 75 años, siempre se declaró inocente, están vinculadas con la investigación Lava Jato sobre sobornos pagados a políticos para obtener contratos en la estatal petrolera Petrobras.
La Fiscalía General de la República (FGR) recurrió la anulación de las sentencias, pero Fachin rechazó el recurso y determinó que sea el pleno de la máxima corte el que decida.
La decisión de Fachin no declaró a Lula inocente, pero abrió la puerta para que el líder izquierdista desafíe en las elecciones de 2022 al presidente neofascista Jair Bolsonaro, algo que todavía no ha decidido.
Si la alta corte refuta la tesis de Fachin, el ex mandatario perdería ese derecho.
Una fuente del Supremo Tribunal Federal declaró a la agencia de noticias Afp que es muy probable que el debate se alargue más allá de este jueves.
En 2017 el juez Moro declaró a Lula culpable de corrupción y lavado como beneficiario de un departamento en el litoral paulista ofrecido por una constructora, de lo que no se presentó una sola prueba.
Tras ser condenado en segunda instancia, en 2018, Lula estuvo encarcelado 18 meses y quedó fuera de la carrera presidencial ganada por Bolsonaro.
Golpe a Lava Jato
El también ex líder metalúrgico fue liberado después de que el STF determinó en noviembre de 2019 que los condenados tenían derecho a agotar todos los recursos judiciales antes del cumplimiento efectivo de la pena.
Ese mismo mes fue condenado a 17 años en segunda instancia por otro caso, acusado de recibir sobornos de constructoras en Atibaia, Sao Paulo.
Lula tiene pendientes en Curitiba otras dos denuncias, que por la decisión de Fachin también pasaron a Brasilia, así como por lo menos otras tres causas que ya se encuentran en el Distrito Federal.
Aunque no está en la agenda de la sesión, el pleno podría pasar a analizar también si avala la decisión, también de marzo, de que el ex juez Moro actuó con parcialidad en la condena a Lula en el caso del departamento.
Ese fallo es un nuevo revés a la operación Lava Jato, de la cual Moro era la principal figura y que llevó a la cárcel a decenas de empresarios de primer plano y a políticos de casi todos los partidos.
Y tiene implicaciones políticas, porque Moro terminó siendo ministro de Justicia de Bolsonaro, hasta que salió del cargo tras enemistarse con el mandatario, y numerosos analistas lo sitúan en la carrera presidencial en 2022.
Gleisi Hoffman, líder del Partido de los Trabajadores, de Lula, comentó que el STF tiene la oportunidad de hacer historia si anula las condenas y ratifica la parcialidad del ex juez Moro en las causas contra el ex presidente. “Sería restaurado el debido proceso y la credibilidad de la justicia”.
Luz verde a investigación contra Bolsonaro
En otro orden, el STF autorizó ayer que prosiga una investigación del Senado respecto del manejo presidencial de la pandemia, lo que podría afectar el intento del gobernante de postularse a la relección el próximo año.
Con 10 votos a favor y uno en contra, el máximo tribunal ratificó la orden del juez Luis Roberto Barroso de que el Senado debería iniciar una investigación sobre el manejo de la crisis sanitaria por Bolsonaro, debido a que el número requerido de senadores estaba a favor de la pesquisa. El presidente del Senado intentó demorar la indagatoria con el argumento de las restricciones implementadas por la pandemia.
Bolsonaro ha minimizado el Covid-19, se niega a restringir actividades, no destina recursos para vacunas y fomenta el uso de fármacos que no funcionan contra el coronavirus.