Morelia, Mich., El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, acusó al profesor Fernando Padilla Vázquez, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), de ser criminal y “halconero” (vigía del crimen organizado) para justificar el empujón que le propinó ayer cuando el maestro se manifestaba contra la visita del mandatario perredista a Aguililla, por la inseguridad y el olvido en que ha estado ese municipio desde hace más de dos años.
El agredido desmintió a Aureoles. Dijo que lleva 20 años impartiendo educación básica en esa cabecera municipal y que cualquier vecino puede dar referencias de su reputación.
En redes sociales, Aureoles acusó al profesor de tener cuentas pendientes con la justicia. “No me voy a quedar callado ni cruzado de brazos ante quienes quieren seguir sembrando la violencia y el caos, burlándose de la autoridad y de la ley. Voy a recuperar Aguililla de las manos de los delincuentes”, escribió el gobernador.
“Todo mundo sabe lo que está pasando en Aguililla: violencia, una situación casi de guerra y bloqueos de carreteras que no permiten el paso de productos de primera necesidad, incluso de enfermos de gravedad que no pueden ser trasladados a un hospital.
“En medio de esa situación, nos encontramos una manifestación de halconeros que insultaban y agredían a la Guardia Nacional, al Ejército, a la Marina y a un servidor y yo decidí encarar a uno de los provocadores”, escribió el perredista.
El profesor Padilla Vázquez respondió: “Me manifesté porque vivimos amenazados por la delincuencia organizada y porque los gobiernos han hecho muy poco. No sabemos por qué los militares cavan zanjas en la carretera que comunica con Apatzingán, como acaba de ocurrir a unos 10 kilómetros de Aguililla”.
Sostuvo que escuchó a las mujeres que estaban a un lado de él cuando reprocharon al gobernador por la muerte de su abuelo hace unos días, porque no pudo llegar al hospital debido a la zanja que cortaba la circulación en la carretera a Apatzingán, cerca de El Terrero y el puente de Fierro, en los límites con el municipio de Buenavista, y los guardaespaldas del político las amenazaron.
“Todo parece indicar que el gobernador se molestó porque no esperaba la manifestación. Seguramente pensó que estaba todo controlado, y fue tanto su enojo que me acusó de ladrón y de ser informante de un grupo criminal, lo que es totalmente falso. Soy profesor de una escuela donde hay sólo dos maestros y atendemos a 75 alumnos”, subrayó.