Muchas han sido las crisis económicas en las últimas cuatro décadas, con resultados socialmente desastrosos tras aplicar la clásica receta neoliberal, y como no saben de otra, en la sacudida que ha potenciado la pandemia del Covid-19 la fórmula mágica de los tecnócratas se repitió: deuda y más deuda para “enfrentar” las consecuencias, sin importar el altísimo costo para la población, y “fortalecer” las finanzas públicas.
¿Resultado? Obviamente, el mismo que a lo largo de 40 años, y en consecuencia sólo en el pandémico 2020 el nivel de endeudamiento de los países subdesarrollados se incrementó 20 puntos porcentuales del producto interno bruto conjunto, independientemente de que colapsaron sus de por sí frágiles arcas nacionales, con un costo social espeluznante, y sus economías cayeron libremente. Y de cereza, “los países en desarrollo están al borde de una crisis de deuda, lo que amenaza con crear un mundo post-pandémico muy divergente”.
En su Informe de Financiamiento para el Desarrollo Sostenible 2021, la Organización de Naciones Unidas no descubre el hilo negro; de hecho, parece que la única novedad es la fecha de presentación, porque en reportes de crisis anteriores el balance ha sido siempre de mal en peor y, cada vez que sucede, a muchísimo peor. Sin embargo, no está de más subrayar lo sucedido en 2020 y las terribles consecuencias de aplicar siempre las mismas recetas.
El informe de la ONU advierte que “el apoyo fiscal para mitigar los impactos del Covid-19 ha empujado la deuda pública a niveles récord, sin dejar a un lado que ya estaban elevados antes de la pandemia. Ésta desató una conmoción compuesta de economías en contracción, caída de ingresos y aumento de gastos, empujando el endeudamiento en todos los grupos de ingresos. Se espera que la deuda represente 274 por ciento del PIB global”.
El creciente servicio de la deuda (pago de intereses, fundamentalmente) en los países subdesarrollados “desvía gasto público y divisas que deberían destinarse a contener la pandemia. Tal servicio supera 25 por ciento de los ingresos fiscales disponibles en 2020 en más de la mitad de ellos y supera 40 por ciento de los ingresos fiscales en una cuarta parte”.
Muchos países subdesarrollados ingresaron a 2020 en una posición vulnerable, con la deuda pública y externa ya en niveles elevados antes de la pandemia. El balance resulta delicado, por lo que “es urgente actuar de inmediato para evitar otra década perdida”.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe también participó en el citado informe, y, de acuerdo con sus observaciones, esta región en desarrollo resulta ser la más afectada por la pandemia, puesto que representa 8.4 por ciento de la población mundial, pero concentra 30 por ciento de las muertes por Covid-19. Además, sufre la peor contracción del producto interno bruto en 120 años, con una caída de 7.7 por ciento en 2020.
La Cepal subraya que “la recuperación sostenible con igualdad requiere acceso equitativo a las vacunas, mayor liquidez y reformas en la arquitectura financiera internacional que aseguren la inclusión de todos los países en vías de desarrollo, independientemente de su ingreso. “La pandemia magnificó las brechas estructurales de la región en materia de desigualdad, espacio fiscal limitado, baja productividad, informalidad y fragmentación de los sistemas de protección social y salud. La región sigue siendo la más endeudada del mundo en desarrollo (79 por ciento del PIB) con el mayor servicio de la deuda externa en relación con las exportaciones de bienes y servicios (57 por ciento). El aumento generalizado del endeudamiento… ha disparado sus necesidades de deuda”.
En síntesis, la pandemia llevó a muchos gobiernos a recurrir a la “fórmula mágica” del neoliberalismo, sólo para que un año después sus deudas alcancen niveles históricos, sus economías se encuentren en el suelo y sus poblaciones cada día más afectadas y vulnerables. ¿En serio no tienen otra receta que funcione?
Las rebanadas del pastel
Avanza la reforma a la Ley de Hidrocarburos. Ayer, la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados aprobó por mayoría el dictamen y pasa al pleno… En marzo del presente año el número de trabajadores afiliados al IMSS rebasó la barrera de los 20 millones, aunque se mantiene ligeramente por abajo del registro en igual mes pero de 2020.