Madrid. Mediante datos satelitales, científicos de la NASA y la Universidad de Alaska en Fairbanks crearon un método que detecta signos de actividad volcánica años antes de las erupciones.
“La nueva metodología se basa en un aumento sutil pero significativo de las emisiones de calor en grandes áreas de un volcán en los años anteriores a su erupción”, señaló en un comunicado el autor principal del trabajo, Társilo Girona, ex miembro del Laboratorio de Propulsión Chorro (JPL, por sus sigas en inglés) y ahora de la Universidad de Alaska. “Nos permite ver que se ha vuelto a despertar, a menudo mucho antes de que aparezcan los otros signos”.
El equipo del estudio, publicado en Nature Geoscience, analizó 16 años y medio de datos de calor radiante de los espectrorradiómetros de imágenes de resolución moderada (Modis) a bordo de los satélites Terra y Aqua de la NASA, para varios tipos de volcanes que han entrado en actividad en las pasadas dos décadas. A pesar de las diferencias entre los volcanes, los resultados fueron uniformes: en los años anteriores a una erupción, la temperatura de la superficie radiante en gran parte del monte aumentó alrededor de un grado Celsius respecto de su estado normal.
Disminuyó después de cada erupción. “No estamos hablando de puntos calientes aquí, sino más bien del calentamiento de grandes áreas de los volcanes”, afirmó Paul Lundgren, coautor del trabajo e integrante del JPL. “Por tanto, es probable que esté relacionado con procesos fundamentales que ocurren en profundidad”.
En particular, los científicos creen que el aumento de calor puede resultar de la interacción entre los depósitos de magma y los sistemas hidrotermales. El primero (roca fundida debajo de la superficie de la Tierra) contiene gases y otros fluidos. Cuando asciende a través de un volcán, los gases se difunden a la superficie y pueden emitir calor. De manera similar, esta desgasificación puede facilitar el flujo ascendente de agua subterránea y la elevación del nivel freático, así como la circulación hidrotermal, que puede aumentar la temperatura del suelo. Sin embargo, los científicos dicen que otros procesos también pueden estar en juego, porque si bien su comprensión del comportamiento de los volcanes está mejorando, sigue siendo limitada.