Inmuebles catalogados como patrimonio urbano y arquitectónico han terminado en terrenos baldíos –denominados chimuelos– sin ningún tipo de uso, pues se demolieron en las últimas dos décadas sin ningún permiso de las autoridades en la colonia Roma Norte.
Los vecinos documentaron 12 casos, el más antiguo de 2001 y el más reciente de hace tres años, cuando las inmobiliarias que promovieron el derrumbe no han podido construir nada y tampoco se les ha aplicado la ley, la cual establece una multa y que deben restituir el edificio.
En una antigua casona, de Mérida 169, se construyeron niveles de más. “Fue el primer inmueble en que la anterior administración quiso tener una ejemplar demolición, pero el propietario se amparó y se quedó a medias”, dijo Mario Rodríguez, promotor del nuevo programa parcial para la colonia.
Los demás son lotes baldíos en los que hay una fuerte presión de sus propietarios para que les permiten desarrollar algún proyecto arquitectónico. En el de Zacatecas esquina Monterrey incluso ha comenzado la preventa de departamentos, como consta en un anuncio colocado en el lugar.
Rodríguez señaló que son “elefantes blancos”, testimonio de actos ilegales y de corrupción en los que debe cumplirse con la ley “y no permitir borrón y cuenta nueva”.
La propuesta para el programa parcial de desarrollo urbano de la colonia plantea que quienes derriben un inmueble con valor patrimonial pierde 50 por ciento de su potencial para construcción, si la demolición es a la mitad.
Por otra parte, el Consejo para el Fomento Económico y Social presentó el plan maestro de rescate de la colonia Atlampa, con inversión pública y privada de 8 mil 156 millones de pesos.
Se propone desarrollar 30 proyectos estratégicos como vivienda de interés social para 726 familias en nueve campamentos, entre ellos el que está sobre las antiguas vías del tren, que se convertirá en un corredor peatonal.
Conocida a principios del siglo XX como rancho El Chopo, la colonia era una de las 11 zonas industriales más importantes de la ciudad donde prevalecían fábricas, pero en la actualidad se encuentra en decadencia. Quedó seccionada por el tren suburbano, por lo que se propone crear un fideicomiso que tendría a cargo la administración de los recursos y bienes adquiridos para su desarrollo.