Teherán. Irán anunció ayer que empezará a enriquecer uranio con una pureza de 60 por ciento, más alta de lo que jamás ha producido, en lo que podría ser el primer gran desafío de política exterior para la administración del presidente estadunidense, Joe Biden.
Estados Unidos mantiene su disposición a continuar las negociaciones con Irán, pese a sus “provocaciones”, afirmó Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca.
El anuncio, formulado por Abbas Aragchi, viceministro de Relaciones Exteriores de Asuntos Políticos y principal negociador nuclear de Irán, se hace dos días después de que la explosión dañó una planta de refinamiento de uranio en Natanz, en el centro del país.
Irán ha acusado a Israel de estar detrás del ataque, que dañó varias de las 5 mil centrifugadoras que la república islámica usa para producir uranio enriquecido, material fisible que puede alimentar una planta de electricidad y si se purifica a altos niveles puede proporcionar combustible para una bomba atómica.
Aragchi explicó que se comenzaría el enriquecimiento de uranio a 60 por ciento “esta noche”, en la instalación atacada en Natanz.
Las discusiones para preservar el acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní, que debían reanudarse este martes en Viena, fueron aplazadas para mañana, informó el canciller ruso ante los organismos internacionales, Mijail Ulianov.
Las conversaciones, que aún no han involucrado directamente a funcionarios estadunidenses, tienen como objetivo encontrar una manera de forjar un remplazo del Plan de Acción Integral Conjunto, acuerdo que limita las capacidades nucleares de Teherán que fue negociado por la administración del presidente Barack Obama y China, Francia, Rusia, Alemania, la Unión Europea y Reino Unido.
Irán había enriquecido uranio hasta en 20 por ciento, por lo que con el anuncio el país queda a un corto paso técnico de alcanzar el grado militar.
Cualquier acuerdo haría que Estados Unidos redujera las sanciones impuestas por el ex presidente estadunidense Donald Trump a cambio de límites a las actividades nucleares de Irán. La Casa Blanca ha insistido en que no tuvo nada que ver con el ataque en Natanz, pero ahora debe lidiar con sus consecuencias diplomáticas.
“Creemos que es momento de que Estados Unidos presente una lista de las sanciones que podría levantar. Espero volver a Teherán con ella”, declaró Aragchi en Viena, donde se llevan a cabo las negociaciones. “De lo contrario, no creo que podamos seguir así, sería una pérdida de tiempo”, añadió.
El ayatola Ali Jamenei, líder supremo de Irán, amenazó en febrero con ampliar su programa para enriquecer uranio en 60 por ciento.
Los detalles del incidente del fin de semana contra la planta en Natanz aún son poco claros. El incidente fue descrito en un primer momento sólo como un apagón en la red eléctrica que alimentaba los talleres a nivel del suelo y las salas de enriquecimiento subterráneas, pero luego los funcionarios iraníes comenzaron a referirse a él como un ataque.