La actividad industrial es uno de los motores económicos de México y también a nivel global, pero el declive observado desde mediados de 2018 y la estocada que para éste significó la pandemia ha provocado caídas consecutivas en los últimos 24 meses, de tal suerte que urge tomar medidas contra esta tétrica situación. Tampoco es para presumir lo registrado en los últimos seis sexenios, pues en ese periodo el promedio de crecimiento –por llamarle así– de este sector a duras penas fue de 0.75 por ciento.
De ahí la importancia y urgencia de actuar de inmediato y dejar atrás una de las “máximas recomendaciones” del régimen neoliberal de que la mejor política industrial es la que no existe, porque el siempre virtuoso mercado –según ellos, desde luego– “todo lo corrige, todo lo arregla, todo lo salva, todo lo ilumina”.
Pues bien, como advierte el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes, “la mejor forma de superar la herencia negativa del modelo económico neoliberal es contar con una política industrial integral que sea pertinente para superar los rezagos históricos en materia socioeconómica: pobreza, bajo crecimiento, limitada inversión productiva, escasa productividad y competitividad. Incorporar el avance tecnológico que se ha gestado bajo lo que se conoce como la Industria 4.0 y cuyo avance se aceleró con la crisis global, así como enfrentar las consecuencias negativas que la recesión asociada al Covid-19 ha generado”.
La verdadera acta de defunción del modelo neoliberal es contar con una política industrial que impulse el desarrollo social a través de bases productivas endógenas que sean capaces de competir y asociarse a nivel global. Sin una política industrial bien definida y con objetivos precisos, México seguirá viviendo bajo la lógica de una política económica gestada bajo la sombra de los ajustes de finanzas públicas que han marcado la senda de bajo crecimiento y desarrollo contabilizada durante los últimos 40 años. Además, el país debe considerar la nueva realidad internacional, porque si desea aprovechar la reconfiguración global es necesario reconocer que se avanza sobre la ola de una nueva política industrial: Estados Unidos, Alemania y Francia han relanzado sus estrategias en ese sentido, el Este de Asia la ha reforzado.
La estrategia del presidente Joe Biden debe leerse no sólo como una serie de programas de apoyo a su economía, sino como un programa de reconstrucción que se ha iniciado con la implementación de una ambiciosa política industrial que tiene tres vertientes: infraestructura, que busca generar los mayores efectos multiplicadores al interior de su nación; relanzamiento de su sector manufacturero para generar empleo y atraer algunas de las cadenas productivas que consideran estratégicas; e impulso a la innovación tecnológica.
Para Estados Unidos la instauración de la política industrial es un tema de seguridad nacional porque constituye el mecanismo para revertir la caída de su economía, al mismo tiempo que ello le permite recuperar posiciones en el orden geoeconómico creando empleo. Alemania y Francia han buscado relanzar su industria a través de la colaboración binacional y en el contexto de la Unión Europea: en función de su sólida base industrial y empresas exportadoras, buscan resarcir los desequilibrios causados por el Covid-19. En Asia, países como China, Corea del Sur y Vietnam siguen avanzando en materia económica y en el combate a la pandemia, y lo hacen gracias a que su política industrial les permitió contar con las capacidades tecnológicas modernas para supervisar los contagios al tiempo que su sistema de salud y farmacéutico es capaz de actuar con eficacia.
Las condiciones endógenas y exógenas lo marcan claramente, porque la política industrial ha recuperado su papel en la historia: Estados Unidos y Europa han redescubierto su potencial, en tanto que el Este de Asia nunca lo olvidó.
Las rebanadas del pastel
Excelente noticia: la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, anunció que “a finales de este año la vacuna anti-Covid mexicana Patria, estaría lista para ponerla a consideración de las autoridades sanitarias para su uso de emergencia”, con un ahorro sustancial respecto de la compra en el extranjero.