Ciudad de México. Rogelio Cabrera López y Alfonso Miranda Guardiola, presidente y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), respectivamente, así como Enrique Díaz Díaz, responsable de la Dimensión Pastoral Educativa y de Cultura, expresaron su “preocupación por la revisión” de los libros de texto que llevará a cabo la administración federal, y precisaron que ante la deserción escolar que provoca la pandemia “se requiere de una respuesta integral, articulada, generosa y consensuada”.
La CEM indicó que “el abandono escolar alcanza a cinco millones de mexicanos de acuerdos a los datos oficiales del INEGI”, por lo que es “urgente la implementación de verdaderas políticas públicas, en diálogo intersectorial” para responder a lo que el papa Francisco ha llamado “una catástrofe educativa”, con relación a la situación mundial.
Indicaron que además de “pretender regresar a la normalidad escolar, debemos buscar formas nuevas para vincularnos, no sólo unilateralmente a través de la radio y la televisión, sino con verdadera interacción educativa virtual, presencial e híbrida, en lo que sea posible”.
Cabrera López, también arzobispo de Monterrey, Díaz Díaz, obispo de Irapuato y Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey, precisaron que urge la “corresponsabilidad educativa de todos, la conformación de protocolos sólidos y detallados que reconozcan las distintas realidades culturales y sociales de cada comunidad escolar y promuevan la participación y autorregulación, dando prioridad al derecho primordial de los niños de ser educados, más allá de cualquier otro interés y conveniencia de los adultos”.
Destacaron que México es un “país plural, con un sistema democrático que, en el marco del Estado de derecho, nos permite configurar y orientar el caminar de nuestra patria con medios pacíficos y ordenados. Las leyes, y las instituciones que de ellas derivan, no responden a la voluntad de un solo hombre, ni imponen una corriente de pensamiento o posición política”.
Por lo que “toca a la autoridad en el ejercicio de su gobierno para todos los ciudadanos, promover los consensos y equilibrios que posibiliten el cumplimiento de lo pactado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
Por lo anterior, los jerarcas expresaron su “profundo extrañamiento por el impulso que se está dando a una iniciativa que toca aspectos tan sensibles para todos los mexicanos, como son los contenidos dirigidos al aprendizaje de los niños y niñas del nivel básico en los textos obligatorios, a través de consultas y comisiones sui generis, en un tiempo tan breve, y sin mayor fundamento científico, jurídico e institucional”.
Dijeron que la participación social educativa, prevista por la reciente modificación al artículo tercero constitucional, así como a la Ley General de Educación, “sigue pendiente de instalación, y el diálogo necesario no se ha realizado de manera institucional”.
Destacaron que “lo más importante es la libertad de conciencia, así como la libertad de educación -que incluye también la religiosa-, pues sólo en el ejercicio pleno de nuestros derechos humanos universales e inalienables se confirma la realidad del Estado Laico”.
Reiteraron la disposición de los integrantes de la CEM “para el diálogo, el encuentro y la búsqueda de caminos para un desarrollo humano, integral, solidario y sustentable con todos los grupos sociales y con la autoridad civil de cada Estado y de la federación”.