Teherán. Irán acusó ayer a Israel de estar detrás del ataque a su planta de enriquecimiento de uranio de Natanz y prometió “venganza” en medio de esfuerzos diplomáticos para conseguir que el acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní vuelva a su cauce.
Más de 24 horas después del incidente, las circunstancias, el modus operandi y el alcance de los daños siguen siendo confusos.
La Unión Europea (UE) y Rusia, que participan en las negociaciones diplomáticas con la república islámica para reimpulsar el acuerdo sobre su programa nuclear, afirmaron que esperaban que lo ocurrido en Natanz no socave las discusiones.
Desde Washington, la Casa Blanca desmintió todo vínculo con el incidente “Estados Unidos no estuvo involucrado de ninguna manera”, dijo a la prensa la secretaria de prensa Jen Psaki, quien agregó que las negociaciones en Viena no deberían verse afectadas.
El portavoz de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Behrouz Kamalvandi, pareció minimizar el incidente al declarar que “el centro de distribución de electricidad” de la planta de Natanz, en el centro del país, se vio afectado por una “pequeña explosión” hacia las 5 de la mañana del domingo.
Agregó que los daños se podrán reparar “rápidamente”, observación que contrasta con las declaraciones del jefe de la agencia nuclear de Irán, Alí Akbar Salehi, quien poco antes había declarado a la agencia de noticias Fars que fue necesario activar el sistema eléctrico de emergencia.
En tanto, el portavoz de la diplomacia iraní, Said Khatibzadeh, señaló que aún era “demasiado pronto” para evaluar los daños de lo que calificó de acto “terrorista” perpetrado por Israel, que habría dañado varias centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio.
El diario New York Times citó a jefes de los servicios de inteligencia israelíes y estadunidenses, que señalaron que “Israel desempeñó un papel” en lo acontecido en Natanz donde, según esas fuentes, “una fuerte explosión” habría “destruido el sistema eléctrico interno que alimenta las centrifugadoras”.
Fue en esta misma planta del complejo nuclear de Natanz, uno de los centros neurálgicos del programa atómico de la república islámica, donde Irán comenzó a probar el sábado nuevos conjuntos interconectados de centrifugadoras.
Khatibzadeh acusó indirectamente a Israel de hacer naufragar las conversaciones en curso en Viena para intentar que Estados Unidos vuelva al acuerdo internacional de 2015 y levante las sanciones contra Teherán.
Khatibzadeh prometió que “la respuesta de Irán será la venganza contra el régimen sionista en el momento y lugar adecuados”.
La agencia de prensa Irna indicó que varios diputados comentaron que el canciller Mohammad Javad Zarif había subrayado “la necesidad de no caer en la trampa tendida por los sionistas.
“No permitiremos (que Israel haga descarrilar las conversaciones de Viena) y nos vengaremos de los sionistas por estas acciones”, habría dicho, según las mismas fuentes, durante una reunión a puerta cerrada en el Parlamento sobre el ataque a la planta de Natanz.
Estados Unidos, durante la presidencia de Donald Trump, rechazó de manera unilateral en 2018 el acuerdo nuclear alcanzado con Irán en Viena tres años antes, y restableció las sanciones estadunidenses que se habían levantado como parte del pacto.
Como represalia, desde 2019 Irán se ha alejado de la mayoría de los compromisos claves para limitar sus actividades nucleares que asumió en Viena.
El presidente estadunidense, Joe Biden, quien sucedió a Trump en enero, anunció su intención de reincorporarse al acuerdo de Viena.
En tanto Heiko Maas, jefe de la diplomacia alemana, uno de los países firmantes del acuerdo de 2015, afirmó que los acontecimientos recientes “no son positivos” para las negociaciones en curso, y la cancillería rusa afirmó que espera que “lo ocurrido (en Natanz) no se convierta en un ‘regalo’ para los varios opositores al acuerdo y que no socave las negociaciones”.
Irán siempre ha negado que su programa nuclear tenga como finalidad fabricar una bomba atómica, como acusa el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien reiteró ayer que su país impedirá que Irán se dote del arma nuclear pero evitó mencionar el incidente en Natanz.
Por otra parte, los servicios secretos israelíes acusaron a Irán de crear falsas cuentas de mujeres en Instagram para engatusar y secuestrar a ciudadanos de Israel, después de que Teherán prometió responder al ataque en Natanz.
La Unión Europea añadió a ocho funcionarios iraníes a su lista de sancionados, entre ellos al comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, por su participación en la represión a las protestas de 2019, a lo que la república islámica respondió con la suspensión del diálogo y la cooperación con Bruselas en materia de terrorismo, drogas, refugiados y derechos humanos.