Ciudad de México. México no tuvo que contratar nueva deuda en 2020 para enfrentar la pandemia de Covid-19, aseguró Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). El incremento del débito público el año pasado, medido como proporción del producto interno bruto (PIB), fue por el efecto que provocaron la contracción económica y la depreciación del peso, que elevaron el saldo en moneda nacional de los pasivos en divisas, estableció la dependencia.
“Lo que sí quedó claro es que en 2020 México no tuvo que utilizar endeudamiento para abordar los retos derivados del Covid -19”, sostuvo Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.
Desde el inicio del actual gobierno, la Secretaría de Hacienda ha refinanciado 10 mil millones de dólares de la deuda externa a través de operaciones en los mercados internacionales y 408 mil millones de pesos de la deuda interna, a través de permutas en instrumentos denominados en pesos, apuntó la dependencia. Ambas acciones han permitido reducir el riesgo de refinanciamiento del portafolio y llevar a México a una de las posiciones fiscales más sólidas y con menores incrementos en los niveles de deuda, respecto al PIB, en la etapa post-Covid, aseguró.
Para 2020 el monto de la deuda pública, interna y externa, es equivalente a 52.3 por ciento del PIB, cuando un año antes fue de 44.5 por ciento. Aunque la deuda no aumentó más allá de los límites fijados por el Congreso, expuso Hacienda, resulta mayor respecto al tamaño de la economía por la contracción de 8.5 por ciento experimentada el año pasado.
También influyó el incremento promedio del tipo de cambio de las monedas en las que se encuentra denominada la deuda externa, lo que generó un efecto de valuación sobre el saldo de ésta. Se debe a esta situación que, medido en pesos, el saldo del total de deuda sea 1.2 billones más que al cierre de 2019
En la Ley de Ingresos de 2019 y 2020, el Congreso autorizó al Ejecutivo a contratar deuda interna por 485 mil 345 millones y 532 mil 266 millones de pesos, respectivamente. Para ambos ejercicios no hubo contratación de deuda externa.
Realista, la expectativa de crecimiento este año
En conferencia de prensa, Herrera Gutiérrez defendió el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana de 5.3 por ciento para este año y aseguró que es una “cifra realista”, como respuesta a quienes consideran que es una expectativa muy optimista.
“Si Hacienda no tiene credibilidad en sus propios pronósticos, no se convierte en ancla” para el resto de los diversos actores económicos. Lo que ahora se está viendo es que hay un sistema robusto de estimaciones. Aseguró: “nuestros pronósticos no dependen del plan de estímulos de Estados Unidos”.
Por otro lado, Gabriel Yorio consideró que la reciente revaluación del tipo de cambio podría reducir los montos del remanente (ganancias) del Banco de México que se tendrán que enterar a la Tesorería de la Federación en este mes de abril.
“Aunque no existan remanentes en lo general, el sector público termina ganando con la revaluación de la deuda hacia abajo”.
Arturo Herrera resaltó que hay tres estados de la República que ya se recuperaron, son: Tabasco, explicado por las obras de infraestructura como la nueva refinería en Dos Bocas, y Chihuahua y Baja California, dos entidades fronterizas que han sido arrastradas por el mayor dinamismo de Estados Unidos.
También comentó que ahora el reto ante el aceleramiento de los programas de inmunización “es tener suficientes vacunadores”.
Resaltó que ahora los contagios están a la baja y confió que el periodo de Semana Santa no haya alterado esto de manera drástica.
Enfatizó que el impacto del Covid-19 ha sido desigual entre los países y entre las sociedades, afectando en mayor medida a los grupos más vulnerables como mujeres, jóvenes y trabajadores del sector informal.
Los países y organismos internacionales coincidieron en que el panorama económico global muestra signos de recuperación, con un crecimiento esperado de 6 por ciento para 2021 y 4.4 por ciento para 2022.
También reconocieron que aún existen retos importantes que hay que atender para asegurar una recuperación económica sólida; destacando la importancia de acelerar la producción y la distribución equitativa de vacunas.