Cientos de personas acudieron desde temprano al estadio Olímpico Universitario y al Campo Marte para recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19, aun sin respetar la letra del abecedario y horario que les correspondía, con el fin de “ser los primeros y enfrentar esta mala enfermedad que ha dañado a muchas familias”.
Desde antes de las 8 de la mañana la gente se formó en el estacionamiento 1 del estadio, donde médicos del sector salud, local y federal, y voluntarios de la Universidad Nacional Autónoma de México fueron los encargados de inmunizar a los adultos mayores.
Las olas de personas no cesaron en la mañana, debido a la llegada de camiones de la Red de Transporte de Pasajeros o escolares que proporcionaron servicio gratuito desde diversas colonias de la Magdalena Contreras, lo que provocó que hicieran una fila de hasta una hora.
Otros llegaron en Metrobús, trolebús, micro, taxi o vehículo particular, aprovechando que un familiar o amigo iba a aplicarse la segunda vacuna contra el Covid, que “no nos da miedo, al contrario, puede ayudarnos a salir de esta mala racha”, coincidieron entrevistados.
Una vez dentro de la carpa instalada, no tardaron más de 40 minutos en registrarse, recibir la vacuna y estar en observación, para después salir con una bolsa de plástico que contenía una botella de agua, una naranja y una barra de amaranto, entre aplausos del personal de gobierno.
La gente del Instituto de la Juventud fue la encargada de agilizar el ingreso, orientar y ayudar a los adultos mayores, así como canalizar a quienes iban en silla de ruedas, con bastón o hasta en camilla, como doña María, de 89 años, a otra carpa.
Ahí, el personal de la Secretaría de Marina fue el encargado de aplicar la vacuna y varios recibieron una sonrisa, un agradecimiento y hasta una bendición por “darnos un gran respiro para salir adelante y regresar a nuestra vida anterior, pero con cuidado”.
Amenizan espera
La música de las bandas Big Bang y Ensamble Xochicentli hicieron amena la espera de los adultos mayores, algunos de los cuales afirmaron a su salida “no tener miedo, al contrario, damos gracias que nos la pusieron porque estamos más protegidos”.
En el Campo Marte, la poca presencia de personas provocó que la aplicación de la segunda dosis iniciara minutos antes de la hora programada, quienes salieron felices y reconocieron nuevamente la coordinación y atención que recibieron de los organizadores.
La espera, dijeron, fue de 45 minutos a una hora entre la fila, aplicación y observación, y aprovecharon para disfrutar de un tenor que interpretó música mexicana, mientras en otras zonas de la sede las personas bailaron al ritmo de música disco y cha cha chá.
Los encargados de manejar carritos de golf –para apoyar en el traslado de adultos mayores– indicaron que en el transcurso de una hora habían hecho apenas tres recorridos, pues había poca afluencia de personas.