Lima. Perú celebró ayer las elecciones presidenciales más fragmentadas de su historia reciente y en el peor momento de la pandemia.
Nadie ganaría en primera vuelta, dado que ninguno de los 18 candidatos acumulaba más de 50 por ciento de intención de voto, pero de ser así los dos más votados se enfrentarían en una segunda ronda a realizarse el 6 de junio y el ganador sucederá al mandatario interino Francisco Sagasti, el 28 de julio.
Una encuesta a boca de urna de la firma Ipsos Perú que se difundió al término de los comicios indicó que el candidato izquierdista Pedro Castillo acumuló 16.1 por ciento de votos, seguido del economista derechista Hernando de Soto con 11.9 por ciento; la hija del ex presidente Alberto Fujimori, Keiko Fujimori 11.9 por ciento; el ex legislador Yonhy Lescano 11 por ciento; el empresario ultraconservador Rafael López Aliaga 10.5 por ciento, y la izquierdista progresista Verónika Mendoza 8.8 por ciento. El margen de error es de tres puntos porcentuales.
Al cierre de esta edición no había resultados oficiales y se esperaba que las primeras cifras se dieran a conocer antes de la medianoche, pero por la cercanía entre los candidatos favoritos, los expertos creen que los resultados más seguros se conocerán entre martes y miércoles.
Todos los ex presidentes que gobernaron desde 1985 han estado implicados en corrupción, algunos encarcelados o arrestados. Uno se suicidó antes de ser capturado por la policía y dos, pese a estar procesados, postulan a la presidencia y al Parlamento. En 12 años, 57 ex gobernadores y más de 2 mil ex alcaldes fueron enjuiciados o están prófugos. Una auditoría en 2019 encontró que la corrupción consumía a diario 17 millones de dólares, cifra suficiente para alimentar a los pobres del país.
La pandemia ha dejado más de 54 mil muertos, y los contagios rebasan el millón 639 mil.