Rangún. Para contrarrestar el apagón de Internet y tratar de ganar la batalla de la información, los jóvenes de Myanmar hacen circular furtivamente Molotov, periódico clandestino de los que resisten al golpe de Estado de la junta militar.
La represión a las movilizaciones antigolpistas continuó. En Mandalay (centro y segunda ciudad del país), una bomba estalló ante la principal sucursal del banco Myawaddy, que pertenece al ejército, con saldo de un guardia de seguridad herido, informaron medios locales.
El banco, el sexto más grande de esta nación asiática, es objeto de un boicot desde el golpe, al igual que numerosas empresas controladas por los militares.
El país lleva 56 días seguidos de cortes de Internet, según NetBlocks, un observatorio especializado con sede en Reino Unido.
Myanmar fue el escenario de un golpe militar el 1º de febrero que destituyó a la líder elegida democráticamente, Aung San Suu Kyi, y desató un masivo movimiento de protesta que desembocó en una sangrienta represión que ha dejado más de 700 civiles muertos.
Lynn Thant (seudónimo) creó este diario clandestino, dándole el nombre de Molotov para hacerlo atractivo para los jóvenes.
“Es nuestra respuesta a los que quieren frenar la circulación de la información”, explicó el hombre de 30 años a la agencia de noticias Afp.
Miles de lectores de todo el país descargan la versión en PDF de la publicación, luego la imprimen y distribuyen ejemplares en Rangún, Mandalay y otras ciudades.
Lynn Thant es muy consciente de los riesgos que conlleva su edición.
Más de 3 mil personas han sido detenidas desde el golpe, según la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos.
“El boletín informativo Molotov existirá hasta que triunfe la revolución”, afirma dice Lynn Thant, con el rostro oculto bajo una máscara de “V de vendetta”.
Según él, la publicación tiene una audiencia de más de 30 mil personas en Facebook, en su mayoría de la llamada Generación Z (lo nacidos a finales de los 90 y principios de este siglo).
Myanmar vivió casi medio siglo bajo un régimen militar antes de la transición a la democracia que comenzó en 2011. El país tiene una larga historia de publicaciones clandestinas.
Los medios independientes están muy amenazados en Myanmar, donde 64 periodistas han sido detenidos desde el golpe, de los cuales 33 siguen en prisión, según la organización Reporting ASEAN.
La junta también ha retirado las acreditaciones a cinco medios de comunicación.