Zimapán, Hgo., La sequía en la entidad impidió la producción de manzanas, situación que aunada a la falta de apoyos gubernamentales pone en riesgo de desaparecer a los productores de vino artesanal de la comunidad La Encarnación, a unos 30 kilómetros de la cabecera municipal de Zimapán.
Habitantes de la pequeña localidad enclavada en la Sierra Gorda hidalguense, antes dedicada a la minería, aseguraron que la escasez de agua durante 2020 y este año mermó las cosechas de manzana, principal insumo del vino tradicional de la región.
Julia Ramírez, de 72 años de edad, dueña de una tienda de abarrotes de La Encarnación, en la cual vende el vino que ella misma elabora junto con su familia, relató que la bebida “deja muy poca ganancia, además de que es difícil de producir”, de tal forma que lo hace “más por mantener la tradición y por el recuerdo de mi esposo, quien me enseñó a hacerlo”.
Expuso que antes de la sequía y de la pandemia de Covid-19 compraba costales de manzana a 100 pesos cada uno a agricultores locales. “Nosotros, al igual que las otras familias de La Encarnación, no tenemos una huerta para cultivar manzana, por lo que dependemos de lo que otros produzcan.
“Como el año pasado no hubo manzana, pues no hubo vino. Lo bueno es que tenía vino añejo de 11 años y otro de nueve, que fue el que vendimos, pero ya se acabó”.
Comentó que vende su licor en botellas de plástico a 105 pesos cada una, lo que le deja una ganancia de sólo 30 pesos por envase.
Julia explicó que para elaborar el vino “primero hay que lavar bien con jabón las manzanas, luego se meten a un costal y las molemos con una presa de mano para sacarles el jugo, que dejamos en una barrica para que fermente por tres meses”. Entonces el líquido se destila, se mezcla con alcohol y miel de azúcar, y a continuación se embotella.
Destacó que ella y otros vecinos de La Encarnación elaboran y venden sus vinos, pero les es complicado hacerlo en grandes volúmenes y comercializarlo en otros estados, pues “tenemos que darnos de alta y pagar muchos impuestos. Tendríamos que gastar en la creación de una marca”, imprimir etiquetas y embotellarlo, además que no cuentan con respaldo de los gobiernos municipal, estatal ni federal.
“También quisiéramos que hubiera promoción al pueblo para que lo visiten los turistas, así como apoyos a restaurantes y atractivos”, puntualizó Julia.