Augusta. Hideki Matsuyama no pudo controlar las lágrimas ante las ovaciones que recibió del público que lo acompañó para ser testigo del triunfo histórico de un japonés en el Masters de Augusta, en una final de infarto.
Con la gorra en la mano y saludando a su paso inclinando la cabeza, Matsuyama se dirigió al tradicional acto para ponerse la chaqueta verde de campeón de la edición 85 que le entregó Dustin Johnson.
El flamante campeón, a través de un traductor, espera que su triunfo sirva de inspiración para más jugadores de su país. “Ojalá sea un pionero y otros japoneses vengan después. Estoy contento de abrir las compuertas y espero que muchos más me sigan”.
Es el primer Grand Slam del gol-fista de 29 años, que se mantuvo firme en el liderato alcanzado el sábado y cerró en el Augusta National con una ronda final de 73 golpes.
El flamante monarca concluyó el torneo con un acumulado de 278 golpes, 10 bajo par, uno por debajo de Will Zalatoris, que buscaba ser el primer debutante en ganar el emblemático torneo desde 1979.
El japonés, vigesimoquinto del ranking de la PGA, es el segundo asiático en alzar un título Major, tras el surcoreano Yang Yong-eun, en 2009, en el Campeonato de la PGA.
A dos golpes concluyeron los estadunidenses Jordan Spieth y Xavier Schauffele, quien hacía pareja con Matsuyama y llegó al final con opciones hasta cometer un triple bogey en el hoyo 16.
El español Jon Rahm, tercero del ranking, protagonizó la mejor ronda del día con 66 golpes, seis bajo par, que lo colocaron al quinto lugar final, mientras el inglés Justin Rose, quien estuvo al frente en las dos primeras rondas, terminó séptimo.
El mexicano Abraham Ancer subió al puesto 26 al terminar la ronda con 70 golpes, dos bajo par, en tanto el chileno Joaquín Niemann y el colombiano Sebastián Muñoz finalizaron en el 40.
Matsuyama se hizo con un premio de 2.07 millones de dólares y un lugar prominente en la historia del deporte japonés. Los mejores resultados de sus golfistas en el circuito de la PGA eran dos subcampeonatos de un Major: Isao Aoki en el Abierto de Estados Unidos en 1980 y el propio Matsuyama en el mismo torneo en 2017.
En el circuito femenino, Japón sí había celebrado los triunfos de Hinako Shibuno en el Abierto Británico de 2019 y Chako Higuchi en el Campeonato de la LPGA de 1977.
Hideki no conseguía un triunfo en el circuito de la PGA desde el WGC de Akron de 2017, pero había estado en siete ocasiones en el top 10 de torneos de Grand Slam.
Ayer, el japonés vio cómo su ventaja inicial de cuatro golpes se reducía a uno al enviar su primer golpe a los árboles y cometer un bogey en el primer hoyo.
Pero resistió y se recompuso rápidamente con un birdie en el segundo hoyo. Mientras sus rivales se tambaleaban, Matsuyama salvó el par en el quinto hoyo con un putt de seis metros y utilizó un hábil toque con los hierros cortos para conseguir birdies en el octavo y noveno.
El japonés llegó a tener cinco golpes de ventaja, pero entre el hoyo 12 y el 16 pasó por su peor momento con tres bogeys y enviando dos pelotas al agua, lo que disparó la tensión en el Augusta National.
Con cuatro birdies seguidos entre los hoyos 12 y 15, Schauffele se colocó a dos golpes de distancia pero arruinó su remontada en el 16 al lanzar la pelota al agua y cometer su primer triple bogey en los mil 42 hoyos que ha disputado en torneos de Grand Slam.
Con Schauffele alejado, Matsuyama ya sólo pugnaba contra sus nervios y se pudo permitir cometer un bogey en el último hoyo para asegurar el trofeo.
Tiger Woods felicitó al campeón en su cuenta de Twitter: “Enhorabuena por un logro tan grande para ti y tu país. Esta histórica victoria tendrá un impacto en todo el mundo del golf’’.