A partir del mito de la ninfa acuática Ondina, quien debía abandonar las aguas dulces para procurarse en la tierra, a través del amor, un alma propia, amenazando con aniquilar al hombre que la traicionara en ese empeño, el realizador alemán Christian Petzold propone en Undine (2019), su cinta más reciente, una interesante alegoría sobre el poderío que entraña una total entrega amorosa.
Undine (Paula Beer), guía del Foro Humboldt, nuevo museo etnográfico en Berlín, se siente humillada por la infidelidad de su novio Johannes y se aleja de él sentenciando que, como su homónimo mitológico, algún día ella también habrá de quitarle la vida. La amenaza queda, sin embargo, en suspenso, pues la joven conoce a Christophe (Franz Rogowski), un buzo industrial, de quien se enamora apasionadamente.
Aunque esta premisa navega por las aguas de un relato convencional, la astucia del realizador de títulos tan notables como Yella , Bárbara , Phoenix y Tránsito , todos ellos presentados en México en sucesivas semanas del cine alemán, consiste en ofrecer sorprendentes capas de interpretación social y sicológica para calibrar con justeza la relevancia de sus personajes. Una de ellas es el tributo que la cinta rinde a la ciudad de Berlín y a sus múltiples transformaciones históricas.
Undine explica a los visitantes del museo cómo la urbe surgió de un pantano, fue destruida varias veces, luego dividida y reducida a un conjunto de terrenos baldíos, para renacer transformada. De igual modo, sugiere la cinta, las personas que naufragan en un vacío sentimental pueden conjurar un destino adverso reinventándose a través de una relación amorosa nueva.
Las actrices favoritas de Petzold (antes Nina Hoss, ahora Paula Beer) habían encarnado personajes situados siempre en un punto intermedio entre la realidad y lo fantástico, o entre la vida y la muerte ( Yella ) o entre una época histórica y otra ( Tránsito ), sobreviviendo en ocasiones a la tiranía posesiva o al desdén de sus parejas.
En Undine el director lleva a los extremos su propuesta fantástica y construye una red de coincidencias y sucesos milagrosos para celebrar ahora un triunfo romántico, alejado ya de la fatalidad o del escepticismo. Si bien el cine alemán reciente ha privilegiado narrativas que buscan exorcizar los demonios de un penoso pasado histórico, con todo un catálogo de reiterados sentimientos de culpa, el tema de la nueva cinta de Petzold es el de una reconstrucción venturosa, que va desde una pecera en un restaurante o el figurín de un buzo metálico, hasta el diseño renovado de una ciudad, de una pasión amorosa o incluso de toda una vida.
Una escena notable registra el cruce fugaz de Undine, acompañada de Christophe, con su antigua pareja Johannes y con su rival femenino. Es un momento fílmico mágico que desencadenará un nuevo drama, definido esta vez ya no por el duro realismo de tantos otros dramas sentimentales, sino por las fantasiosas generosidades de un cuento de hadas moderno.
La cinta de Christian Petzold se exhibe en la sala 2 de la Cineteca Nacional, a las 15 y 20 horas.
Twitter: CarlosBonfil1