Decenas de asistentes se reunieron este domingo detrás de un escaparate situado en París, donde los actores franceses Isabelle Cagnat y Etienne Coquereau interpretaron la obra Amnesiacs Have Not Experienced Anything Unforgettable (Los amnésicos no han vivido nada inolvidable), adaptación de la novela L’Anomalie, del autor Herve Le Tellier, que obtuvo el Premio Goncourt, galardón literario creado en 1896.
“Es un desafío decir que seguimos aquí y que estamos listos para actuar en cualquier lugar, cuando lo que más anhelamos es volver al escenario una vez que termine la pandemia de Covid-19”, señaló Cagnat.
El intenso frío no impidió que la pequeña multitud disfrutara de la función, aun cuando los organizadores imploraron que mantuvieran su distancia para evitar problemas con la policía.
“Es necesario evidenciar que en la vida necesitamos arte, necesitamos pensar, soñar, llorar, abrazar. Todo el mundo echa de menos el teatro”, sostuvo Coquereau.
“Esta presentación arroja una luz para nosotros. Fue difícil permanecer confinado tanto tiempo, pero es reconfortante hacer teatro nuevamente. Nada se compara a mirar estos rostros luminosos, visiblemente emocionados. Es hora de que las autoridades permitan que los teatros y cines reabran. De otra forma quedaremos desempleados.”
Los teatros, cines, galerías de arte, entre otros espacios culturales no esenciales permanecen cerrados en todo el país en medio de nuevas medidas de bloqueo para reducir el brote del nuevo coronavirus, lo que provocó que medio centenar de trabajadores temporales del mundo del espectáculo e integrantes del sindicato francés Confederación General del Trabajo protestaran hace un mes en el icónico Teatro Nacional del Odéon en París en demanda de “no sacrificar la cultura”.
“Gobierno descalificado”, “Cultura sacrificada”, “Seis trabajadores desempleados de cada 10 no compensados” y “¡Escándalo!” son algunas de las consignas que los inconformes colgaron en la fachada del edificio de estilo neoclásico del Barrio Latino, situado junto al Jardín de Luxemburgo, en pleno corazón de París.
“El gobierno está matando a la cultura. Necesitamos apoyo para nuestro sector visiblemente maltratado por la crisis sanitaria y exigimos la reapertura de los centros culturales”, reclamó un saxofonista.
Entre los damnificados se encontraba Roxane Kasperski, dramaturga de Vitriol, puesta en escena que sólo logró hacer 12 de las 27 representaciones previstas porque el 17 de marzo de 2020 el presidente Emmanuel Macron decretó el primer confinamiento.
“Nos paramos en pleno vuelo. Son tres años de trabajo destruidos”, lamentó la también actriz, quien no sabe si podrá reanudar su obra.
(Con información de Reuters)