Madrid. Cuando en la Liga de España dicen que aún falta mucha temporada es porque todo puede cambiar de un partido a otro. Por lo regular lo afirman quienes se sostienen a un clavo ardiente, o también los que pueden dar la voltereta en 90 minutos. Ayer la inspiración jugó en las líneas del Real Madrid y venció 2-1 al Barcelona en un estadio Alfredo di Stéfano sin público, en un duelo con el que se atiza el campeonato y la pelea por el título.
El cuadro merengue se lleva el clásico español y se encarama a la cima de la tabla con 66 unidades para igualar al Atlético de Madrid, que hoy jugará ante el Betis, pero por encima por criterio de desempate. El Barça acecha a sólo un punto de los punteros.
Una genialidad de Karim Benzema resolvió con un certero taconazo un centro de Lucas Vázquez, para abrir el marcador a los 13 minutos y encaminar una victoria que duele singularmente a los azulgranas.
El alemán Toni Kroos amplió con el cobro de un tiro libre, que fue desviado con la espalda por el estadunidense Sergiño Dest. Jordi Alba no pudo alejar el balón con la cabeza en la línea a los 28.
Oscar Mingueza acercó a los catalanes con un remate en el corazón del área a los 60. Los visitantes estuvieron cerca de conseguir la igualdad en la última acción, cuando el juvenil Ilaix Moriba estrelló un disparo en el travesaño.
El Barcelona sufrió su primera derrota después de encadenar 19 jornadas invictas (16 triunfos y tres empates) para ser tercero con 65 unidades.
Por primera ocasión desde la campaña de 2007-2008, el Madrid venció al Barça en los dos juegos del torneo local (3-1 en el primero).
Los anfitriones fueron muy efectivos en el primer tiempo y Benzema cortó una racha de nueve clásicos sin marcar cuando recibió el pase al borde del área chica y sorprendió con un taconazo para mandar a las redes.
El buen momento madridista siguió cuando Kroos cobró una falta que el Barça cometió sobre el brasileño Vinícius Júnior. Dest cambió la trayectoria, para dejar sin opción al arquero Marc-André Ter Stegen.
El dominio merengue estuvo cerca de redituar otro tanto a los 33, pero la incursión del uruguayo Federico Valverde terminó en un disparo que dio en el poste y Ter Stegen evitó el tanto en el contrarremate de Vázquez, quien poco después dejó el duelo por una lesión.
Ahí comenzaron los problemas merengues. Lionel Messi tuvo un par de opciones para marcar en la reposición antes del descanso, primero con el cobro de un saque de esquina que dio en el poste y momentos después con un remate que desvió magistralmente el arquero belga Thibaut Courtois.
El encuentro disputado bajo la lluvia pudo ser el último clásico en la carrera de Messi.
En la recta final los jugadores azulgranas reclamaron airadamente una acción en la que pidieron un penal del francés Ferland Mendy sobre el danés Martin Braithwaite por un contacto en el área. Sin embargo, no se recurrió al videoarbitraje. La molestia del entrenador del Barcelona, Ronald Koeman, salió a relucir por una decisión que pudo cambiar el resultado.
El conjunto blanco sufrió la expulsión del brasileño Casemiro al 90. Recibió una segunda tarjeta amarilla, un minuto después de que le mostraron el primer cartón preventivo.
El técnico Koeman, afirmó seguir siendo “optimista” y aseguró que su equipo va a “luchar hasta lo último. Hemos perdido un juego contra un contrario que también está luchando por ganar encuentros, pero faltan ocho partidos", señaló Koeman y criticó que no se marcara la pena máxima en favor.
“El penal es clarísimo, no entiendo que un árbitro que está a 10 metros no ve nada, el silbate puede ser que no ve correctamente la jugada, pero tenemos el VAR en nuestro deporte para asistirlo”, lamentó el entrenador holandés.
Por otra parte, después de la polémica de la jornada pasada, el Cádiz se impuso de visita 1-0 al Getafe con un autogol de David Timor a los 64.
Por el Cádiz jugó Juan Cala, quien fue acusado por el francés Mouctar Diakhaby (del Valencia) de insultos racistas, pero la Liga no encontró evidencia y archivó el caso.