Londres. El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, murió ayer a los 99 años, semanas después de haber sido dado de alta tras ser sometido a una intervención cardiaca, informó el palacio de Buckingham. Reino Unido está de luto oficial.
“Su alteza real falleció pacíficamente esta mañana en el castillo de Windsor”, informó el palacio de Buckingham en un comunicado emitido al mediodía, aunque no precisó las causas de la defunción. Aseguró que Isabel II está “considerando” cómo llevar a cabo el funeral y los posibles actos oficiales de conmemoración, que se llevarán bajo la operación de Forth Bridge. “Los detalles se confirmarán a su debido tiempo”, precisó el recinto. El funeral real tendrá que tener en cuenta las medidas para prevenir la propagación del coronavirus.
Las banderas se bajaron a media asta en los edificios gubernamentales y la campana tenor en la abadía de Westminster tocó 99 veces en honor del príncipe, la “fuerza y permanencia” de Isabel II durante 73 años de matrimonio. Este 10 de junio cumpliría 100 años.
Los partidos políticos como el Laborista pausaron sus campañas para las elecciones del próximo 6 de mayo y la Cámara de los Comunes anunció que se retiraría el domingo para rendir tributos formales. Los canales de televisión cancelaron la programación para ofrecer cobertura del homenaje. La noticia llegó a los titulares de todos los medios de comunicación en el mundo.
El College of Arms, agrupación estrechamente relacionada con la aplicación de los protocolos reales, acotó en su página web que el príncipe Felipe no tendrá funeral de Estado y que su féretro no será expuesto al público. Sus restos reposarán en el castillo de Windsor, al oeste de Londres, antes de las honras en la capilla de San Jorge, “según la costumbre y los deseos de su alteza real”, precisó.
Los legisladores británicos, que regresarán al trabajo la semana próxima tras las vacaciones de Semana Santa, usarán crespones negros durante todo este periodo, mientras Isabel II no acudirá a ningún acto público. Toda la familia real tendrá que vestir de luto, con prendas oscuras o negras, y llevar crespones también.
Las ceremonias y homenajes se revisan debido a la pandemia de Covid-19. Para evitar el riesgo de contagios, la familia real pidió a los británicos que no depositaran flores a las residencias reales, como el palacio de Buckingham o el castillo de Windsor, pero los llamó a hacer una donación a cualquier beneficencia. Aun así, el homenaje de toda una nación se desbordó y cientos dejaron flores y carteles ante los recintos.
Meghan y Enrique no confirman asistencia
El fallecimiento ocurre cuando la casa real aún está bajo los efectos de las críticas que provocaron las revelaciones de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, que dijeron que hubo racismo e insensibilidad hacia la esposa del príncipe y su bebé, lo que los llevó a renunciar a sus deberes reales. “En memoria de su alteza real, el duque de Edimburgo, 1921-2021. Gracias por tu servicio. Te echaremos mucho de menos”, decía en el portal de la fundación que dirige la pareja, mientras se especula sobre su asistencia al funeral.
El primer ministro, Boris Johnson, elogió “la vida y el trabajo extraordinarios” del príncipe consorte, además del “firme apoyo” que dio a la reina. “Ayudó a dirigir a la familia real y la monarquía para que siga siendo una institución indiscutiblemente vital para el equilibrio y la felicidad de nuestra vida nacional”, destacó.
En enero de 2019, Felipe estuvo involucrado en un choque muy aparatoso, en el que se volcó un auto en que viajaban dos mujeres y un bebé de ocho meses. Él y el menor resultaron ilesos y las mujeres con heridas leves, pero a partir de entonces el príncipe se comprometió a dejar de conducir. Dos años antes se había retirado de sus deberes reales.
Las casas reales, entre ellas la española y la belga, y líderes internacionales, desde Estados Unidos hasta Alemania, además de la Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea, hicieron homenaje unánime –principalmente desde las redes sociales– al duque de Edimburgo, en el que recordaron experiencias y momentos históricos, sin hacer a un lado los mensajes de aliento a la familia real.
El príncipe Felipe estuvo junto a su esposa durante los 69 años de su reinado, por lo que fue el miembro real con más años de servicio en la historia británica. A pesar de la pérdida, hay pocas posibilidades de que Isabel II, de 94 años, abdique, creen los observadores reales.
Los primeros años
Vivió los primeros años de su vida moldeado por eventos históricos, comenzando por el periodo de entreguerras durante su nacimiento, el 10 de junio de 1921, como el príncipe Filipos de Grecia y Dinamarca en la isla griega de Corfú.
La crisis política en Grecia a principios de la década de 1920 llevó a su tío, el rey Constantino, a abdicar en septiembre de 1922 ante las presiones republicanas que le reprochaban sus inclinaciones pro germanas. Cuando un tribunal revolucionario sentenció a muerte a su padre, el futuro duque de Edimburgo fue evacuado por su familia, con sólo 18 meses de edad, en una caja de naranjas.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, Felipe se había convertido en cadete militar en el Colegio Real de la Marina Británica en Dartmouth, en el inicio de un periodo de instrucción que le llevó a ostentar en julio de 1943 el cargo de segundo al mando del destructor HMS Wallace durante el desembarco aliado en Sicilia.
Contrajo matrimonio con la entonces princesa Isabel el 20 de noviembre de 1947, en la abadía de Westminster, momento en que renunció a su título para convertirse en ciudadano británico y al anglicanismo como nuevo duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón de Greenwich.
En este cargo no tenía un papel constitucional definido; durante la mayor parte del tiempo, cuando no develaba alguna placa de algún acto de beneficencia, su función principal era caminar un par de pasos detrás de su esposa, bajo su sombra.
Era conocido por sus ocasionales declaraciones racistas y sexistas, así como por realizar valerosamente más de 20 mil compromisos reales para impulsar los intereses británicos dentro y fuera de su país. Encabezó cientos de organizaciones caritativas, fundó programas que ayudaron a los niños británicos a participar en aventuras al aire libre y tuvo papel prominente en la crianza de sus cuatro hijos, incluyendo su hijo mayor, el príncipe Carlos, el heredero del trono.
La carrera del príncipe Felipe se juzgará en función de los tres conjuntos de relaciones que dominaron su vida: con la monarquía en su conjunto; con Carlos, su hijo y heredero al trono, y sobre todo su relación con la reina.
Mirando hacia atrás, el juicio probablemente será que tuvo un matrimonio muy exitoso y duradero, caracterizado por más de siete décadas de total lealtad a la monarca en un reinado plagado de crisis.
También fue un pilar de la monarquía como institución, incluso si sus características “meteduras de pata” lo ponían con frecuencia en líos. En comparación con la sucesión de varias catástrofes reales, éstos fueron episodios esencialmente triviales que no provocaron emergencias importantes ni causaron daños duraderos.