Tras un año de pandemia y con la lenta apertura de los sectores productivos, sin olvidar el lerdo proceso mundial de vacunación, parece que los organismos internacionales se animaron a divulgar pronósticos más optimistas sobre el comportamiento de la economía internacional y estiman que el negro panorama de 2020 poco a poco sea superado.
Para el caso mexicano las perspectivas de crecimiento “se tornaron más optimistas en días recientes y el Fondo Monetario Internacional pronostica que nuestro país crecerá 5 por ciento”, de acuerdo con un análisis del Centro de Investigación en Economía y Negocios, del Tec de Monterrey, campus estado de México, del cual se toman los siguientes pasajes.
Si bien son datos alentadores, en 2021 dicho nivel de crecimiento se verá influenciado (al menos en la mitad de él) por el plan de estímulos económicos que preparó el gobierno de Estados Unidos para apoyar a su población, con el objetivo de alcanzar una recuperación más dinámica tras la crisis provocada por la pandemia.
En México, el sector más beneficiado será el manufacturero de exportación por la relación que guarda con el desempeño de la actividad industrial de nuestro principal socio comercial. De hecho, las mejoras comienzan a notarse, ya que durante el primer bimestre de 2021 el intercambio comercial bilateral ascendió a 96 mil 988 millones de dólares, cifra que representa 14.9 por ciento de todo el comercio internacional que mantiene el vecino del norte y coloca a nuestro país como su principal socio comercial (en el segundo puesto se ubicó China con una participación del 14.7 por ciento).
De manera indirecta, el consumo y el sector servicios en nuestro país también se beneficiará ante el incremento de remesas, 20.9 por ciento tan solo en el primer bimestre del año en curso, de tal forma que las familias receptoras podrán conservar y, en el mejor de los casos, mejorar sus hábitos de consumo.
Los beneficios provenientes del exterior brindarán un impulso importante a la economía mexicana, pero el mercado interno no se ha recuperado totalmente de los embates de la crisis y tardará algún tiempo en alcanzar mayor dinamismo. A partir de la segunda mitad de 2020 se ha presentado una mejora mensual en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), aunque de acuerdo con las cifras de marzo pasado, dicho indicador todavía se encuentra 1.6 puntos por debajo del nivel que tenía en el mismo periodo de 2020.
De acuerdo con el ICC, los consumidores observan que su situación económica futura podría mejorar, pero señalan que la actual no es mejor en comparación con la que tenían hace un año. Esto se traduce a que a corto plazo las personas están menos propensas a adquirir bienes durables y bienes inmuebles, de manera que solo destinarán la mayoría de su gasto a la compra de productos y servicios esenciales.
La depresión en materia de inversión observada en los empresarios se manifiesta en el comportamiento de la formación bruta de capital. Si bien durante enero pasado se registraron importantes aumentos mensuales en la inversión fija bruta de nuestro país, al revisar las cifras anualizadas se aprecia que en total la formación bruta de capital tuvo una caída de 9.6 por ciento respecto del primer mes de 2020; en maquinaria y equipo retrocedió 5 por ciento, mientras en la construcción se contrajo 11.7.
El mercado interno continúa debilitado y si bien se perciben ligeras señales de mejora, todavía se ve lejana una plena recuperación. La dinámica de inversión debe corregirse para que nuevos proyectos se pongan en marcha y con ello se generen empleos que den cabida a los trabajadores que perdieron o vieron reducida su principal fuente de ingresos; de esta forma, las personas retomarán e incluso incrementarán sus hábitos de consumo. Para que la economía mexicana alcance una recuperación más rápida, tras la caída sufrida por la peor crisis de su historia, es imperativa la presencia de un mercado interno fortalecido que contribuya en la consolidación de los beneficios provenientes del sector externo.
Las rebanadas del pastel
El exlegislador panista Jorge Luis Lavalle ya tiene con quién platicar de sus aventuras como hampón, porque a partir de ayer comparte reclusorio con otro ladrón, Alonso Ancira, ex cabeza visible de Altos Hornos de México. Y que hagan espacio, porque enchiquerarán a muchos cleptócratas más.