Por mera coincidencia se han estrenado en México dos títulos referidos a la demencia senil: la británica El padre, debut del dramaturgo francés Florian Zeller, y la australiana Relic: Herencia maldita, a su vez ópera prima de Natalie Erika James.Si bien el tratamiento es totalmente diferente, ambas consiguen retratar cabalmente uno de los padecimientos más dolorosos a los que puede enfrentarse un ser humano.
Basado en su propia obra teatral (adaptada al inglés por Christopher Hampton), Zeller nos sitúa en la perspectiva de Anthony (Anthony Hopkins), un anciano que vive en su departamento londinense con su atenta hija Anne (Olivia Colman). O eso es lo que parece. Ella expresa su preocupación de que su padre ya no puede valerse por sí solo y necesita de una cuidadora, o de ser internado en un asilo. Pero el hombre se niega a esas opciones, defendiendo su cada vez más frágil lucidez.
A diferencia de películas como Lejos de ella (Sarah Polley, 2006) o Siempre Alice (Richard Glatzer, Wash Westmoreland, 2014), ambas sobre cómo se manifiesta objetivamente la enfermedad de Alzheimer en sendas mujeres, la visión de El padre es interna, subjetiva. Zeller nos sumerge en la confusa y alterada mente de su protagonista, según la cual los espacios y las personas cambian de un instante a otro. Ese efecto, sumado a la virtuosa interpretación de Hopkins, consigue la recreación más angustiante que se ha hecho en cine de la demencia, según la sufren el enfermo y sus seres queridos.
Por su parte, en Relic la australiana James ha tenido el acierto de emplear las posibilidades alegóricas del cine de horror para retratar la demencia. En este caso, es una anciana Edna, que vive sola en una gran casa de una provincia cercana a Melbourne, la que preocupa a su hija Kay (Emily Mortimer) y nieta Sam (Bella Heathcote). Igualmente, la mujer se niega a ser cuidada o internada en un asilo, cuando las evidencias de su deterioro mental son cada vez más frecuentes.
Grande, misteriosa y similarmente dañada, la casa es una extensión metafórica de la mente de Edna, con sus laberínticos pasillos y sus paredes cubiertas de moho. Quizá la secuencia más inquietante, por ende, es aquella en la cual Sam se pierde en dicho laberinto de espacios que se cierran y se vuelven cada vez más estrechos. Eso ocurre al mismo tiempo en que la anciana se transforma en un ser monstruoso, al desprenderse su epidermis. Cualquiera que haya padecido la decadencia mental de un familiar podrá identificarse de lleno con ese particular horror de no poder reconocer al mismo. “Ella ya no es mamá”, dice Kay en una instancia por demás reveladora.
En su promisorio debut, James –quien tuvo una abuela con Alzheimer– muestra un amplio conocimiento de los tópicos del género, creando una atmósfera gótica hogareña, apoyada en una fotografía tenebrosa y una banda sonora que tal vez exagera un poco los ruidos ambientales como si la casa fuera un barco a la deriva.
Y, por supuesto, queda al final la sugerencia de que el mal se transmitirá a las sucesoras de Edna (de allí el explicativo título en español). Nadie se salva.
El padre (The Father)
D: Florian Zeller/ G: Florian Zeller, Christopher Hampton, basado en la obra de teatro de Florian Zeller/ F. en C: Ben Smithard/ M: Ludovico Einaudi/ Ed: Yorgos Lamprinos/ Con: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Olivia Williams, Imogen Poots, Rufus Sewell/ P: Trademark Films, Cine@, Embankment Films, F Comme Film, Film 4, Viewfinder. Reino Unido-Francia, 2020.
Relic: Herencia maldita (Relic)
D: Natalie Erika James/ G: Natalie Erika James, Christian White/ F. en C: Charlie Sarroff/ M: Brian Reitzell/ Ed: Denise Haratzis, Sean Lahiff/Con: Emily Mortimer, Robyn Nevin, Bella Heathcote, Chris Bunton/ P: AGBO, Carver Films, Film Victoria, Nine Stories Productions, Screen Australia. Australia-EU, 2020.
Twitter: @walyder