Un retrato colectivo de los republicanos españoles en México conforma el libro Almario del exilio, el proyecto más ambicioso del fotógrafo Ricardo Vinós.
Publicado por Bonilla Artigas Editores, el volumen es resultado de 20 años de trabajo en los cuales el artista integró un archivo de más de 8 mil negativos en el que figuran unas 600 personas de cuatro generaciones de la comunidad de refugiados de la guerra civil española.
La publicación reúne una selección de 200 de esas imágenes, así como un texto introductorio del poeta Francisco Segovia y un poema de María Vinós, hija del fotógrafo y directora del mencionado archivo fotográfico.
El libro también es resultado de la generosidad, pues su realización fue posible gracias a un fondeo, el cual tuvo una respuesta muy solidaria, según María Vinós: “Tenerlo y poder presentarlo ahora es como cumplir un sueño y al mismo tiempo una promesa”.
De acuerdo con la escritora y traductora, esta obra trasciende los límites de la fotografía y se erige como documento colectivo que registra una época, una comunidad, un momento histórico y varias generaciones.
“Pero también buscamos que fuera interesante para alguien que no sepa nada de ese exilio y se sienta conmovido y arropado por esa comunidad, como ésta fue arropada por México y viceversa; se dio una relación amorosa entre ambas partes”, destacó Ricardo Vinós, quien nació en la capital mexicana en 1943.
Imágenes arrancadas del tiempo
La búsqueda de este artista, aclaró, es que “la foto pique la curiosidad y despierte la imaginación, y a partir de eso crear una especie de sentimiento poético raro, entre memoria, fantasía y deseo, porque son situaciones e imágenes que uno arranca del tiempo”.
Gran parte de los retratos publicados han sido exhibidos en varias muestras en México y España. A ello se suma que 3 mil de esos 8 mil negativos ya fueron escaneados y está por digitalizarse el archivo completo, con la idea de ponerlo a disposición de investigadores y estudiosos, así como hacer un segundo libro, se indicó en la presentación.
Según el escritor Alain Derbez, “el exilio, lo dijo (el filósofo) Adolfo Sánchez Vázquez, es una condición que no termina. Aquí, en este almario, que deviene instante en anuario, están retratados amigos míos y con ellos están sus padres, sus abuelos y sus hijos, figuras de la historia”.
A su decir, tales imágenes del exilio formaron para el autor de esta obra un camino hacia su padre, el matemático Ricardo Vinós Santos –uno de los mejores hombres de la República y el exilio– “camino que suscitó muchos encuentros vividos y soñados con la sombra amada”.
Destacó la capacidad del fotógrafo para revelar con su cámara un momento, un testimonio y, sobre todo, la mirada del retratado, a través de la cual logra acercarse a historias de vida.
Este libro, definió, es un justo depósito de las almas del exilio y en él pueden encontrarse, por ejemplo, el retrato de la fragilidad y la entereza de Soledad Martínez en su terraza en 1991, la bonhomía del arquitecto Bernardo Giner de los Ríos en la página 55 y la bondad de la escritora Angelina Muñiz-Huberman en 2006, entre otros personajes.