En México se construye un nuevo sistema alimentario justo, saludable, sustentable y competitivo. Será muy pronto un referente mundial, toda vez que concreta una articulación intersectorial enfocada hacia una transformación de fondo del sistema agroalimentario. Se trata del Programa Especial del Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (Gisamac), el cual está conformado por distintas entidades y dependencias que tienen injerencia en los sistemas alimentarios: secretarías de Salud, Agricultura, Medio Ambiente, Economía, Educación, así como Ciencia y Tecnología y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, al igual que representantes de la sociedad civil y organismos internacionales. El grupo ha puesto de relieve la necesidad de una política de Estado integral e intersectorial para lograr un sistema agroalimentario sustentable que garantice la seguridad alimentaria y genere entornos alimentarios saludables que contrarresten la epidemia de malnutrición del país que se refleja en la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad. Busca una transformación paradigmática que parte del reconocimiento de las grandes desigualdades que han caracterizado a nuestra población: más de la mitad de los hogares mexicanos (55.5 por ciento) tienen algún grado de inseguridad alimentaria, incapacidad para satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas durante un periodo prolongado, los niveles están así: 32.8 por ciento inseguridad leve (30.4 urbano, 40.6 rural) y 22.7 por ciento de moderada a severa –moderada: 13 urbano, 17.8 rural; severa: 7.7 urbano, 11.3 rural– ( Prevención de mala nutrición en niñas y niños en México ante la pandemia de Covid-19, INSP/Gisamac/FAO/OPS/Unicef, México, 2020).
En el ámbito internacional la seguridad alimentaria cobra importancia como parte de la Agenda 2030, la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas lo eligió como tema especial de su periodo 54 de sesiones, a celebrarse el 19 de abril. Además, continuará la observación de las tendencias demográficas; las estimaciones y previsiones de la población mundial, nacional, urbana y rural; sobre las políticas de población y de desarrollo conexas, de los cambios de mortalidad, fecundidad y nupcialidad, de los derechos y la salud reproductivos, y aquellos que permitan comprender mejor las implicaciones de la migración interna e internacional.
Es un hecho que existe en México una crisis sanitaria por la malnutrición. La prevalencia nacional de desnutrición crónica en niños menores de cinco años es de 14.2 por ciento, más de 1.9 millones de niñas y niños, el bajo peso se ubicó en 4.8 por ciento, y la emaciación (adelgazamiento patológico) en 1.4 por ciento. La desnutrición crónica se relaciona con mayor susceptibilidad a las infecciones, retardo en el crecimiento y desarrollo cognitivo, menor rendimiento escolar, mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y enfermedad coronaria a lo largo de la vida, menor productividad y potencial de ingresos en su vida adulta. La anemia y las deficiencias de micronutrientes repercuten en el desarrollo cognoscitivo, el crecimiento y reduce la resistencia a infecciones. En 2018, la anemia afectaba a 1.2 millones de mujeres embarazadas (34.9 por ciento) y a 38.7 millones de mujeres no embarazadas (17.5 por ciento). La prevalencia nacional de anemia en niños prescolares era de 32.5 por ciento (casi 4.2 millones). La mitad de los niños de 12 a 23 meses tenían anemia (48.2 por ciento) en comparación con el grupo de cuatro años (20.6 por ciento). Solamente 49.4 por ciento de los niños de seis a 11 meses, y 67.5 por ciento de 12 a 23 meses consumían en ese año alimentos ricos en hierro (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, Ensanut, 2018).
El programa incluye el etiquetado frontal de advertencia en alimentos ultraprocesados y bebidas con azúcares añadidas, la Campaña de Alimentación Saludable en medios y escuelas, la prohibición de la siembra de maíz transgénico y el retiro gradual y progresivo del uso de glifosato, la estrategia de transición agroecológica; la revalorización del papel y del conocimiento de campesinos, indígenas y productores de pequeña escala; el Programa Sembrando Vida con 400 mil campesinos; así como el diagnóstico para la prevención de la mala nutrición en niños y adolescentes ante la pandemia de Covid-19.
El programa especial está cambiando el escenario nacional dominado por una mala nutrición que amenaza con colapsar el sistema sanitario mexicano; además de los fallecimientos, son exorbitantes los costos públicos y privados que ocasionan las enfermedades crónicas derivadas del sobrepeso y la obesidad. El reto es erradicar los graves problemas de desnutrición infantil y la anemia.
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