Washington. En sus primeras medidas importantes sobre el control de las armas de fuego desde que asumió el cargo, el presidente estadunidense, Joe Biden, anunció ayer media docena de órdenes ejecutivas con las que busca atender la proliferación de la violencia armada, a la que calificó de “epidemia y vergüenza a escala internacional”, en una jornada en la que dos tiroteos en Carolina del Norte y Texas se saldó con seis muertos y cinco heridos.
“La idea de tener a tanta gente muerta en un solo día por violencia con armas de fuego en Estados Unidos es un tache en nuestro carácter como nación”, aseveró Biden en declaraciones en la Casa Blanca.
Al acto acudieron familiares de los niños que perdieron la vida en la matanza ocurrida en una escuela de Sandy Hook, Connecticut, en 2012, y en el tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, en 2018.
Biden les agradeció su presencia y señaló que comprendía que les haría recordar los días espantosos cuando recibieron las llamadas. “Estamos totalmente decididos a hacer el cambio”, les aseguró.
Biden formuló el anuncio como seguimiento a la promesa que él mismo hizo el mes pasado de tomar lo que llamó “pasos de sentido común” inmediatos para atender la violencia con armas de fuego, después de una serie de matanzas que han devuelto la atención al asunto.
Biden estuvo acompañado en el acto por la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de Justicia, Merrick Garland. La mayoría de las acciones que anunció pasarán por el Departamento de Justicia.
El presidente ha enfrentado presión creciente para actuar después de una recientes serie de masacres, pero la Casa Blanca ha enfatizado repetidamente la necesidad de medidas legislativas.
Si bien la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley de revisión de antecedentes el mes pasado, las medidas para el control de las armas de fuego enfrentan pocas probabilidades de ser aprobadas en un Senado equitativamente dividido, en el que los republicanos se mantienen casi unificados en contra de la mayoría de las propuestas.
El anuncio de Biden se produjo el mismo día que Phillip Adams, ex jugador de la NFL, mató a cinco personas, entre ellas dos niños, y luego se suicidó en Rock Hill, Carolina del Norte, y que otro tiroteo dejó un muerto y cinco heridos en un local de fabricación de muebles en Bryan, Texas. El agresor fue detenido.
En el juicio por el asesinato de George Floyd, el neumólogo Martin Tobin aseguró que la víctima falleció por falta de oxígeno y que la rodilla del policía Derek Chauvin estuvo en su cuello durante “más de 90 por ciento del tiempo” que estuvo esposado, boca abajo en la calle.
Tobin relató al jurado que sigue el proceso contra el ex agente de la policía de Minneapolis y que ha visto videos del arresto de Floyd el 25 de mayo pasado “centenares de veces.
“Floyd murió de un bajo nivel de oxígeno”, aseguró. “Esto causó daño a su cerebro” y arritmia, un latido irregular del corazón, que hizo que éste “se parara”, refirió Tobin.
El toxicólogo Daniel Isenschmid declaró a la corte que Floyd tenía niveles relativamente bajos de fentanilo en la sangre, desafiando los argumentos de la defensa sobre una sobredosis como posible causa de la muerte.