La refinería Lázaro Cárdenas de Minatitlán, Veracruz, dejó de operar de manera indefinida mientras se realizan investigaciones sobre el incendio en la casa de bombas y en un tanque de gasolinas amargas, informó ayer la Secretaría de Energía (Sener).
La población que vive cerca denunció que el siniestro generó una fuerte contaminación atmosférica y en el río Coatzacoalcos, por lo que teme por su salud.
Rocío Nahle García, titular de la Sener, confirmó la salida de operaciones de todas las plantas de la refinería como medida de precaución, pues el incendio en uno de los tanques fue muy grande; además, se hicieron desfogues controlados.
En entrevista tras un recorrido de supervisión, la funcionaria federal mencionó que es necesario conocer el origen del incendio para evitar futuros accidentes.
“La refinería está fuera de operación, se saca por seguridad. Los ingenieros de Petróleos Mexicanos (Pemex) van a hacer el análisis de cómo está la infraestructura”, dijo en entrevista con medios locales.
Pemex, por su parte, indicó que el incendio quedó extinguido a la una de la madrugada del jueves y mantuvo labores de enfriamiento varias horas después como medida de precaución.
El personal contra incendios tuvo dificultades para enfriar el tanque porque la quema de la gasolina amarga atrapada provocaba contraexplosiones, las cuales reavivaban por momentos las llamas.
Obreros de la refinería acudieron a laborar normalmente; se realizaron trabajos de limpieza del área siniestrada para que esta misma semana se informe de los daños y se evalúe si es seguro reanudar operaciones.
En tanto, los habitantes de la isla de Capoacán, ubicada frente a la refinería Lázaro Cárdenas, denunciaron que residuos del hidrocarburos y otros productos que se quemaron se dispersaron en el medio ambiente y el río, pero aún se desconoce qué daños puede causar.
Los habitantes de esta comunidad de pescadores relataron que durante el incendio estuvieron temerosos por los estallidos que escuchaban y muchos permanecieron fuera de sus hogares por si tenían que evacuar.
Desde el inicio del incendio y hasta la mañana del jueves empezó a caer un residuo negro viscoso, muy similar al chapopote, el cual se pega en la piel y deja un olor que a algunas personas les ha causado dolor de cabeza.
Indicaron que durante el incendio cayó ese material como una ligera llovizna y las autoridades de protección civil les ordenaron mantenerse dentro de sus casas.
Horas después, cuando realizaban los primeros cruces por lancha, observaron que el lirio del río también estaba contaminado con este residuo y recaló en su comunidad.
Personal de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) acudió al poblado para evaluar a las personas que habían tenido contacto con esos residuos y recabar muestras. Se espera el arribo de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) para que revise la zona.
En tanto, Dekar Israel Hernández Soto, trabajador del área de Bombas, sigue hospitalizado tras sufrir quemaduras de segundo grado cuando escaló una de las torres y cerró la válvula de succión para evitar un accidente más grave. Sus compañeros narraron que arriesgó su vida para cortar el suministro a los tanques y después cayó de la torre.