Una cuarta parte de los riesgos para la evasión de impuestos a nivel mundial que realizan trasnacionales se concentra en América, identifica la Red de Justicia Fiscal. Sólo tres territorios insulares en el Pacífico concentran casi un quinto de las facilidades para lavar 245 mil millones de dólares que se pierden al año en impuestos corporativos, prácticamente 30 veces más lo que ha logrado fondear el mecanismo Covax para garantizar vacunas contra Covid-19 para al menos 20 por ciento de la población mundial.
Esos territorios no son autónomos, las tres jurisdicciones más laxas para el pago de impuestos y que en conjunto representan el 18.1 por ciento del espacio para evasión fiscal global son las Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán y Bermudas; todas en América, pero que se reconocen como territorios de ultramar británicos y que operan “como una red global de paraísos fiscales que blanquean y transfieren dinero hacia y desde la City de Londres”, de acuerdo con la organización.
Si bien estos territorios implican el mayor riesgo de lavado de dinero porque su legislación permite que las corporaciones multinacionales abusen del impuesto corporativo, el país que tiene un mayor peso es Estados Unidos. Cerca de 12 por ciento de la actividad mundial de trasnacionales se concentra en ese país, donde la tasa impositiva para empresas se redujo a 21 por ciento en 2017. En 2021 EU representó el número 25 en un conteo de 70 paraísos fiscales identificados por la Red de Justicia Fiscal.
Tras paralizar un acuerdo sobre impuestos digitales en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Estados Unidos se ha pronunciado por fijar un impuesto mínimo global para empresas, con lo que se busca evitar que las firmas transfieran sus ganancias a países donde paguen menos impuestos. La propuesta, respaldada por el Fondo Monetario Internacional, se acompaña de un incremento a 28 por ciento del impuesto sobre la renta, con el objetivo de financiar infraestructura pública.
La Red de Justicia Fiscal documentó que hasta ahora las reglas de impuestos corporativos globales establecidas por la OCDE –misma organización que busca tener un acuerdo sobre impuestos digitales a mediados de este año– fallaron en detectar y prevenir el abuso de impuestos corporativos por los miembros de la organización y ayudaron a reducir la transparencia fiscal, al grado de que los países que la integran son responsables de 68 por ciento de los riesgos de abuso fiscal por parte de trasnacionales.
En total, agregó la asociación, los países de la OCDE y sus dependencias cuestan al mundo más de 166 mil millones de dólares en impuestos corporativos perdidos cada año. Sólo los territorios insulares de Reino Unido y ese país representarn 29 por ciento de la evasión mundial, 70 mil millones de dólares cada año.