Madrid. Con una gestión fulgurante en cuestión de “pocas horas”, el gobierno español impidió la venta de un cuadro que podría ser de Michelangelo Merisi da Caravaggio y debía ser subastado este jueves por el módico precio de mil 800 dólares.
El cuadro es La coronación de espinas, un ecce homo de poderosos claroscuros atribuido hasta ahora al círculo del pintor español José de Ribera y fechado en el siglo XVII.
Sería subastado la tarde de este jueves en la madrileña casa de remates Ansorena; sin embargo, todo cambió con una llamada del Museo del Prado el martes, alertando de “evidencias documentales y estilísticas suficientes” que apuntarían a que el cuadro sería una obra original de Caravaggio (1571-1610), explicaron fuentes del Ministerio de Cultura de España.
Con celeridad y como “medida cautelar”, el ministerio declaró inexportable la obra, que será sometida a riguroso estudio para comprobar su autoría.
Ansorena confirmó a Afp que el cuadro, un óleo sobre lienzo de 111 por 86 centímetros, fue retirado de subasta, y añadió que “diferentes expertos” ya estudian la obra.
“Dada la celeridad con la que se han producido todos los acontecimientos, es preciso ahora proceder a un estudio técnico y científico profundo de la pintura en cuestión, y someterla al debate académico acerca de si la atribución a Caravaggio es verdaderamente plausible”, añadieron fuentes de Cultura.
La especialista María Cristina Terzaghi, profesora de historia del arte moderno en la Universidad de Roma III, había expresado dudas sobre la autoría del cuadro, y en declaraciones al diario italiano La Repubblica afirmó que podría ser de Caravaggio.
Según ella, el manto púrpura con el que se viste el Cristo de este cuadro “tiene la misma calidad que el rojo de Salomé” con la cabeza cortada de San Juan Bautista sobre una bandeja, otro cuadro de temática religiosa expuesto en el Museo del Prado y realizado por Caravaggio.
Tal como recuerda el diario italiano, Caravaggio pintó en Roma en 1605 un ecce homo para el cardenal Massimo Massimi.
Un cuadro sobre el mismo tema, cuya descripción se corresponde con la obra cuya venta fue bloqueada en Madrid, fue incluido en un reporte de 1631 en la colección de Juan de Lezcano, embajador español ante el Vaticano.
Hay registro de que en 1657 la obra permanecía en Italia, esta vez en la colección de García de Avellaneda y Haro, virrey español de Nápoles.
Precisamente, la Salomé de Caravaggio visible en el Prado perteneció también a la colección de este virrey.
Los dos cuadros habrían salido de Italia camino de España con su propietario en 1659, el año en que éste dejó la encomienda que le había confiado el rey Felipe IV.
El caso recuerda en parte al de otro lienzo descubierto en 2014 en un granero de Toulouse, en el sur de Francia, y atribuido por varios expertos a Caravaggio.
El cuadro Judith y Holofernes debía ser subastado a un precio de salida de 30 millones de euros en junio de 2019, pero el remate se anuló in extremis porque horas antes se cerró una operación de común acuerdo con un coleccionista estadunidense cercano al Museo Metropolitano de Arte, de Estados Unidos, según medios.