Buenos Aires., La pandemia de Covid-19 profundizó la desigualdad social en las Américas, el abandono estatal y la violencia institucional; además, demostró “la incapacidad” del mundo para cooperar ante la crisis sanitaria, aseguró Amnistía Internacional (AI) en su informe anual publicado ayer.
En su reporte 2020-2021, la organización hace un duro balance del año de la pandemia: un “sálvese quien pueda” generalizado que ha afectado de manera especial a mujeres, refugiados, migrantes, personal sanitario, pueblos indígenas, personas de raza negra y otros grupos postergados. Además, denuncia cómo “algunos líderes globales aprovecharon la crisis para intensificar su ataque a los derechos humanos.
“Los países más ricos han instaurado un casi monopolio en el abastecimiento de vacunas en el mundo, dejando que los países con menos recursos se enfrenten a las peores consecuencias para la salud y los derechos humanos, y por lo tanto a los mayores trastornos económicos y sociales”, asegura la secretaria general de AI, Agnès Callamard, en el reporte.
Callamard, conocida por investigar el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi y el descubrimiento de ejecuciones extrajudiciales, apunta que “la pandemia ha arrojado luz sobre la incapacidad del mundo para cooperar de forma eficaz y equitativa”.
AI pide en su investigación “actuar inmediatamente para acelerar la producción y el suministro de vacunas para todos”, y añade que “esta es la prueba más básica, aunque rudimentaria, de la capacidad del mundo para cooperar”.
Callamard aseveró el martes que la única forma de poner fin al virus y a los abusos que lo han acompañado es distribuir vacunas de forma global y equitativa. “Como comunidad global, como comunidad nacional, reprobamos la prueba que suponía el Covid”.
El informe, que señala que el “historial de derechos humanos del gobierno de (Donald) Trump, en general deplorable fuera y dentro del país, siguió deteriorándose en 2020”. El reporte puede consultarse en https://bit.ly/3rW6Lnr.