Bruselas. Una agria controversia, bautizada sofagate, sacudió ayer la Unión Europea (UE) a raíz del desaire a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante el encuentro el martes con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en Ankara.
Erdogan recibió a Von der Leyen, jefa del ejecutivo de la UE, y a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, instancia que representa a los gobiernos de los países miembros. Erdogan y Michel, quien caminaba detrás del mandatario turco y al lado de Von der Leyen, ocuparon sus sillones frente a las respectivas banderas y cruzaron las piernas, mientras Von der Leyen quedó de pie sin tener un sillón reservado, sin saber dónde sentarse, pese a que acudió al encuentro como representante de la UE, al igual que Michel.
Von der Leyen puso en evidencia la situación con un carraspeo insistente e interrogante, que ya se viralizó en redes sociales como “¿Ejem?”, y permaneció de pie hasta que le indicaron que se sentara sola en un sofá frente a un segundo diván ocupado por el canciller turco, y así fue como se llevó a cabo el encuentro.
El vocero de la Comisión Europa, Eric Mamer, afirmó que según el protocolo, Von der Leyen debió ocupar una sillón junto a Michel y frente a Erdogan. El portavoz afirmó que si bien la representante no quiso hacer de esto un tema de discusión, no quiere decir que “no le haya dado importancia al episodio”, por lo que ya dio instrucciones a su equipo para iniciar “los contactos apropiados” para que esto no se repita.
Mamer fue interrogado sobre si la estructura de la UE coloca a Michel jerárquicamente por encima de Von der Leyen. El vocero insistió en que ambos tienen el mismo rango protocolar. El Consejo Europeo considera, en cambio, que Michel tiene mayor jerarquía a escala protocolar internacional. El incidente desencadenó cuestionamientos sobre el sexismo en la UE y en la relación entre Bruselas y Ankara. La eurodiputada holandesa Sophie in ’t Veld señaló a Michel al preguntar por qué el presidente del Consejo Europeo no dijo nada y simplemente se quedó sentado junto a Erdogan mientras su colega estaba parada en medio de la sala.
Michel respondió en su página de Facebook que no fue “ajeno” a la situación, pese a la impresión que dan las imágenes, y achacó la “lamentable” escena a un “error de protocolo” de los turcos.
La semana pasada, Von der Leyen criticó a Turquía por su retirada del Protocolo de Estambul para la prevención de la violencia contra mujeres y niños.
En tanto, un tribunal de Turquía condenó a cadena perpetua a otros 38 ex altos cargos del ejército por su papel en el intento de golpe de Estado de julio de 2016, en el contexto de un proceso contra cerca de 500 personas, entre ellos varios antiguos miembros de la Guardia Presidencial.