Ciudad de México. La escasez de semiconductores, componente esencial para la conexión eléctrica de autos, afectará la producción de 65 modelos de vehículos en América del Norte, 38 por ciento de los 170 que se maquilan en la región, explicó Óscar Albin, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
Detalló que en 2021 se tenía estimada una producción mundial de 84 millones de vehículos y el 1.8 por ciento se verá afectada por una menor oferta de semiconductores; en Norteamérica el impacto alcanzará al 2.4 por ciento de una fabricación prevista en 15.8 millones de unidades.
Tras el cierre de la economía, sobre todo en la primera mitad del año pasado, la industria automotriz iba recuperando capacidad de producción en el segundo semestre de 2020, hasta que entrado este año se vio frente a la escasez de semiconductores, los cuales se fabrican principalmente en Taiwán.
Con dicha perspectiva, la INA ya había reducido su previsión de crecimiento este año, al contar una regularización en el suministro de estas piezas durante la segunda mitad de 2021. Sin embargo, a mediados de febrero la industria mexicana también fue entorpecida por las nevadas en Texas que obligaron el cierre de gasoductos.
Albin explicó que con ello se suspendió el suministro a empresas que producen materia prima para resinas que van en los vehículos, y una vez pasada la emergencia esas plantas reanudaron lentamente su operación por motivos de seguridad. Se espera que los inventarios se recuperen en un par de semanas.
Bajo estas condiciones la INA ajustó sus pronósticos de producción para 2021, prevé que en el año represente 94 mil 337 millones de dólares, un crecimiento de 20.3 por ciento respecto a 2020, peró debajo del crecimiento de hasta 24.2 por ciento que se estimó dos meses atrás.
Además se calcula que en toda Norteamérica la producción de autopartes no se recuperará respecto a 2019; dadas una baja de 12.19 por ciento en Estados Unidos, de 19.08 por ciento en México y de 6.01 por ciento en Canadá.
En conferencia de prensa y a reiterados cuestionamientos sobre la posibilidad de atraer inversión a México que produzca semiconductores, el director de la INA zanjó que el país tenga capacidad para incorporar por sí solo una industria de tal tamaño. Además de grandes volúmenes de agua, se necesitan máquinas de silicio que representan inversiones de al menos 3 mil millones de dólares.
“México no compite porque no tenemos una política fiscal atractiva para hacer alta inversión y tener una deducibilidad atractiva para esas máquinas; por otro lado el costo de energía eléctrica en México tampoco compite”, consideró.
Si bien se han dado reuniones con la Secretaría de Economía para dialogar sobre la necesidad de los semiconductores, dijo que Estados Unidos o Canadá tienen mayores condiciones para hacer inversión en la primera parte del proceso y México en la segunda, que consiste en la programación de esas piezas.
Sin embargo, recalcó que la fabricación de autos consume sólo 5 por ciento de estos componentes en el mundo; así que “la industria automotriz no va a ser la industria que va a traer a los fabricantes de semiconductores a Norteamérica, tendrá que ser la industria automotriz más la industria electrónica”.
A su vez, Fausto Cuevas Mesa, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), dijo que la interrupción en el suministro de resinas ha afectado los ritmos de producción de las diferentes marcas de vehículos; y si bien hay crecimiento, “aún no se puede hablar de cifras similares a las previas a la pandemia”.
Detalló que la capacidad de planta en la industria automotriz se ubica alrededor del 85.3 por ciento, por arriba del 67.2 por ciento promedio del año pasado.
Acuerdo sobre outsourcing no abonará a desempleo
Albin detalló que en la industria automotriz se han mantenido “bastante estables” el empleo. Se cuenta con 866 mil trabajadores en México, número apoyado por la subcontratación.
No obstante, consideró que con el acuerdo anunciado por gobierno e industria no habrá desempleo porque “las fábricas tienen que emplear lo que tienen que emplear”, pero hubieran deseado un tiempo más largo para implementación.
Reconoció un “ejercicio ejemplar” en la forma a la que se habló el tema. “De lo radical que fue una primera iniciativa de ley, que realmente nos ponía en una condición de no competitividad hacia la exportación, el acuerdo si bien no fue lo que buscábamos, fue satisfactorio haberlo tenido”, dijo.
Con él coincidió Fausto Cuevas, quien dijo que “afortunadamente se ha llegado a una conclusión negociada. No es lo que hubiéramos querido, sin embargo ya está definido. Las reglas están puestas y cumpliendo con estas podemos ir avanzado”.