Para emprender en la industria gastronómica, “lo importante es entender qué tipo de producto se tiene y saber si es único, porque la competencia es muy fuerte y, si no se entra al mercado con un concepto diferente, será muy difícil lograr que sea aceptado”.
Esta premisa la ha desarrollado Cristina Macaya, quien intercambió reflexiones en un conversatorio con Carmen López-Portillo Romano, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, en el lanzamiento del nuevo plan de estudios de la maestría de planificación y gestión de negocios de alimentos y bebidas de esa casa de estudios.
En la charla El papel de las mujeres en la industria restaurantera se refirieron “a los retos de la internacionalización de las empresas y a la democratización de la gastronomía”.
Con la premisa de “transformar el amor en alimento”, Macaya explicó: “Cuando Juan Pablo y yo decidimos emprender, teníamos el sueño de formar una empresa que transformara vidas y construyera un mundo mejor; es la esencia real de Crepes & Waffles.
“Este propósito nos ha guiado en 20 años en cómo entender y hacer esa transformación, la cual se hace con amor; no se puede hacer un trabajo bien si no lo sientes adentro.”
En tanto, López-Portillo coincidió: “La gastronomía es uno de los quehaceres que permite volcarte en el otro, en amor, porque son las expresiones de atención, el servicio y hacer sentir bien a la gente”.
Sobre “la democratización” de la gastronomía, Macaya explicó: “Es tener los mejores ingredientes al alcance de todos, conceptos que pueden ser muy sofisticados y dar la oportunidad de dar de comer cosas deliciosas y diferentes, a un precio supremamente accesible”.
Otro aspecto relevante es que Macaya ha generado empleo para “mujeres cabezas de familia”, quienes han encontrado un lugar de trabajo en la empresa de restaurantera, del cual 91 por ciento son empleadas.