El proceso electoral que empezamos a vivir y que se ha calificado como el más grande de nuestra historia, podría convertirse también en la elección intermedia más deshonrosa y catastrófica para la política del país, ya que los indicativos de fraudes pueden ir más allá de cualquier medición.
Aunque la razones para que eso sucediera deberían ser escasas, dado que hay un partido dominante que no tendría mayores problemas en mantener el poder; la falta de claridad ideológica y conducción de los quehaceres políticos ha dado como resultado un amasijo ininteligible de intereses encontrados que no parecerían ser el sostén del proyecto de transformación que requiere este gobierno, pero que se entreveran en el inmenso saco de contradicciones que es Morena.
Pero no sólo en ese partido se está pudriendo la verdura. Si uno echa un ojo, por ejemplo, al que inventó Pedro Haces, aquel personaje que vivió del PRI, luego se coló en Morena y hoy pretende cobrar prerrogativas en algo conocido como Fuerza por México, nos damos cuenta de que es necesario hacer algo por la política del país.
En esa idea, la lista de plurinominales de Haces va como confirma la urgencia: Romy Barberi, ex pareja de Adrián Michel, oficial mayor una buena parte del gobierno anterior, está considerada para la primera circunscripción. Ella es la principal proveedora de Vidal Llerenas, alcalde en Azcapotzalco. Nada nuevo en un político como éste que se ha dedicado a alimentar el ego y se encuentra muy lejano a los intereses de la gente.
Pero si eso nos asombra, habría que mencionar que Juan Silva Noyola, director general de gobierno en Coyoacán, hombre muy cercano a ex delegado Mauricio Toledo, se halla aún –la justicia lo persigue– en el lugar seis de la tercera circunscripción. Actualmente está suspendido por corrupción.
Y si por todo esto usted se ha quedado con la quijada caída, ¡aguas!, porque para la circunscripción dos Haces mandó a Catalina Monreal, hija del senador –nadie puede decir que no sea fiel a sus ideas–, y luego, en la tres coloca a Eliseo Moyao, aquel que fuera delegado en Tlalpan y que dejó la circunscripción llena de actos a los que no se dio certificado de limpieza y honestidad.
La política en general ha sufrido, durante los últimos tiempos, toda clase de agravios y descalificaciones. Los políticos, los de a deveras, no son bien vistos por los dueños de los mercados que han colado a sus testaferros en los asientos de las cámaras, so pretexto de tener representación cuando se discuten las leyes, pero en realidad algunos de los que ocupan esos asientos sólo han trabajado para obtener, vía la corrupción, beneficios personales.
Entonces uno se pregunta: ¿tiene remedio la política en México? La respuesta es sí, sólo que nadie quiere cambiarla. ¿O sí?
De pasadita
Aunque hay quienes sostienen que Morena arrancará al PAN la alcaldía Benito Juárez con una candidata azul, de corazón panista, el asunto real es que probablemente el mapa político de la ciudad no cambie. Algunas encuestas aseguran que Morena ganará en 13 demarcaciones, pero la realidad es que hay mucha inconformidad en las filas del partido que gobierna.
Las fuerzas políticas se han reagrupado y hoy actúan alrededor de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. No se trata –eso lo sabe la gobernante– de identidades ideológicas parecidas, sino de mediciones por parte de los que ahora dicen apoyarla con la finalidad de lograr algunos lugares en el Congreso, por ejemplo, así que otro cambio en el mapa político luego de las elecciones seguramente se dará, el asunto es hacia qué lado. Veremos.