Con rigor contable y periodístico, o no, Forbes, la revista estadunidense especializada en negocios y finanzas, presenta cada año su lista de los hombres más ricos del mundo, que siempre merece amplia atención mediática. En esta ocasión, la referencia a México muestra (como lo plantea Braulio Carbajal en La Jornada: https://bit.ly/3sSqNR4) que 11 de los 13 multimillonarios de nuestro país vieron crecer su fortuna.
Carlos Slim, siempre el mexicano más acaudalado, no entró al sitial de los 10 más ricos del mundo (quedó en el lugar 16), pero vio aumentar 20 por ciento su fortuna. La relación de los demás adinerados parecería mostrar que poco o nada ha cambiado en nuestro país, pues la concentración de ganancias sigue más o menos en las mismas manos: Germán Larrea (crecieron 135 por ciento sus caudales), Ricardo Salinas Pliego, Alberto Bailleres, Juan Francisco Beckmann, Asunción Aramburuzabala, Antonio del Valle, Carlos Hank Rhon y Roberto Hernández, entre otros.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo ante Lorenzo Córdova Vianello que el árbitro electoral debe ser neutral y discreto: “el árbitro no busca el aplauso del público, sino el cumplimiento de las reglas del juego. La premisa es clara: por definición, el árbitro es neutral o no es árbitro”.
El presidente del Instituto Nacional Electoral respondió al señalar que “aunque haya quienes confundan la aplicación de la ley con sesgos y actitudes parciales”, el mencionado “árbitro” seguirá garantizando equidad e imparcialidad. Más tarde, Córdova emitió un tuit, sin mencionar a la titular de Bucareli, agregando que ser discreto y neutral no significa ser omiso ante violaciones a las leyes electorales.
El 16 de marzo de 2020, en la matutina conferencia presidencial de prensa, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pronunció una frase que le acompañará largo tiempo, luego de que un periodista le preguntó si, en caso de resultar positivo al Covid-19, el presidente López Obrador podría contagiar a asistentes a sus actividades masivas: “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otros. El Presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tiene usted o que tengo yo; y usted también hace recorridos, giras, y está en la sociedad. El Presidente no es una fuerza de contagio” (https://bit.ly/2Q3kGuA).
Ayer, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, hizo su aportación a este florilegio médico-político, al responder a dudas y especulaciones respecto a la rápida y sorprendente recuperación del Presidente de la República luego de resultar positivo en cuanto al Covid-19: sí tuvo el virus, aseguró, “y si no hubiera sido por su formación ya individual, su capacidad de respuesta inmunológica positiva, rápida y buena, que no fue gratuita, no la compró, se la regaló la población cuando los visitó durante no sé cuántas veces. Ha recorrido el país y ahí ha tenido contacto con la gente, con los alimentos y reforzó su inmunidad, producto del desarrollo que le dieron sus padres; eso es así de sencillo” (https://bit.ly/39OwPLf).
El presidente López Obrador anunció que, si Televisa le da autorización para reproducir el material, tratará de presentar hoy en la mañanera el videomontaje de Carlos Loret de Mola al “recrear” la detención de Florence Cassez e Israel Vallarta, en diciembre de 2005, a instancias de Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública.
En este tema, convendrá tener presentes dos puntos: la productora de ese videomontaje loretiano y, en ese sentido, corresponsable de los hechos, fue Azucena Pimentel, quien ahora ocupa un cargo directivo en la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República, a cargo de Jesús Ramírez Cuevas. Y, por otra parte, recordar que una de las consecuencias de ese montaje ha sido el embrollo judicial, la injusticia flagrante que mantiene en una cárcel de alta seguridad a Israel Vallarta, 15 años preso sin que le hayan dictado sentencia. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero