Petróleos Mexicanos (Pemex) mantendrá en todo el sexenio un endeudamiento cero en términos reales, descontada la inflación, en alrededor de 105 mil millones de dólares, pese a la situación actual de volatilidad e inestabilidad en los mercados financieros internacionales a causa del Covid-19 y su incierto desarrollo, de acuerdo con el plan de negocios de la empresa, divulgado ayer.
Al cierre de 2020 la deuda financiera de Pemex registró un monto de 113 mil 200 millones de dólares, equivalente a 2 billones 258 mil 700 millones de pesos, lo que se ha convertido en un problema estructural.
Durante 2019, primer año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, se llevaron a cabo diversas operaciones de refinanciamiento de pasivos, los cuales permitieron que, por primera vez en 11 años, Pemex registrara una reducción en el saldo de su deuda de alrededor de 28 mil 700 millones de pesos, situación que no se observaba desde 2008.
Pemex como la principal empresa a nivel nacional continuará utilizando un amplio abanico de instrumentos para sus actividades de refinanciamiento, entre los que se incluyen créditos bancarios, mercados bursátiles, agencias de créditos para la exportación, así como la diversificación en el uso de monedas, según el plan.
El documento destaca que con la finalidad de mantener un programa de financiamiento ordenado, mediante una planeación financiera que se anticipe a los periodos de volatilidad e incertidumbre que se presenten, se seguirá la disciplina para controlar el balance financiero en el flujo de efectivo.
Para obtener financiamiento con mejores condiciones de plazo y costo ya se trabaja con agencias de crédito a la exportación (ECA, por sus siglas en inglés) y bancos de desarrollo, los cuales por su naturaleza, no presentan competencia con otras fuentes de financiamiento.
Por otro lado, Pemex se mantendrá en al menos entre 2021 y 2025 como el principal contribuyente al fisco, con un promedio anual de casi un billón de pesos (984 mil millones), según el documento.
Pese a la reducción en el derecho de la utilidad compartida (DUC), a una tasa de 54 por ciento, el gobierno federal continuará percibiendo una recaudación progresivamente creciente en el horizonte, reflejo de una curva ascendente de extracción de hidrocarburos que se reflejará en el pago de derechos, así como de mayores volúmenes de ventas nacionales, que incidirán en un incremento en el pago de IEPS e IVA.